Una sauna en casa

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Decir sauna, invita a pensar en alto standing. Hasta hace unos años, disfrutar de un baño de vapor, era algo que se hacia en hoteles de lujo, spas o centros especializados. En la actualidad, es algo que se encuentra a la orden del día, accesible a todos y que puedes encontrar en gimnasios, centros de estética o wellness y, hasta en tu propia casa. Gracias a la presencia de empresas como Saunas Luxe, dedicados a la instalación de saunas, es muy fácil poder contar con una sauna en tu propio domicilio. Si eres muy manitas, también puedes montarla tu mismo o misma, con las saunas prefabricadas de las que luego hablaremos con más detalle.

Podría parecer algo difícil o complicado. Seguro que más de uno o una, se lo ha planteado alguna vez: ¿es posible tener sauna en casa? ¿Se necesitan permisos especiales? La respuesta es si y no. Para poder gozar de una sauna en tu propia vivienda, necesitas el espacio y la ubicación adecuada. Evidentemente, en un piso pequeño, es posible que no resulte conveniente. Pero salvando las cuestiones del espacio, instalar un baño de vapor en tu propia habitación, baño o, o incluso la cocina si te apetece (aunque confiamos en que no sea así), es posible.

Visitar la sauna de forma periódica o habitual, reporta numerosos beneficios al organismo, contribuye a eliminar toxinas y relaja. Aunque cabe señalar que son muchos los que no comparten ese gusto por sudar sin necesidad y sin que medie esfuerzo alguno, son más los que encuentran en estos espacios, su momento de paz. De ahí que el sector haya visto el negocio y cada vez sea más sencillo poder disponer de una sauna en casa o existan mas centros que dispongan de ella.

Debemos decir que, sauna, si hay más de una. Todas con la misma finalidad (sudar) pero con diferentes particularidades. A la hora de decidirte por instalar una sauna en casa, la sauna finlandesa, es la más adecuada. Se trata de un ambiente con poca humedad cuyo calor se obtiene mediante resistencias eléctricas y piedras que desprenden calor, pero no humedad.

Por el contrario, la sauna turca, es la que más humedad requiere, alcanzando el noventa y nueve por ciento de la misma y obteniendo su calor, mediante la evaporación del agua.

La más rápida para poder disfrutar de ella, es la sauna de infrarrojos, cada vez más presente en establecimientos y viviendas. En este caso es la piel la que se calienta de forma directa sin que medie el calor del ambiente.

Aquellos que dispongan de un jardín amplio, pueden instalar una sauna exterior que, suele disponer de una sauna finlandesa en su interior, totalmente de madera.

Que debemos tener en cuenta para elegir sauna

Como ya señalábamos párrafos atrás, hasta hace pocos años, para disfrutar de una sauna, había que acudir a lugares específicos. Ahora podemos disfrutar de un saludable baño de vapor en nuestra casa sin la necesidad de mezclarse con otras personas o compartir espacio con desconocidos. Lo que para muchos es un plus añadido.

Los costes de instalar una sauna no son tan elevados como se puede creer, algo que convierte este accesorio en accesible para la mayoría. Entre sus beneficios, podemos destacar el fortalecimiento del sistema inmune, la liberación y limpieza de las vías respiratorias, mejora la circulación, alivia cierto tipo de dolencias, limpia la piel y, entre otros beneficios, se trata de una experiencia agradable y relajante.

A la hora de elegir la sauna que más te guste, debes tener en cuenta, inicialmente, el tipo de sauna. Finlandesa, de infrarrojos o baño turco. A partir de ahí, hay que encontrar la que mejor se adapte al espacio que se le va a destinar. La forma de la sauna, así como el tamaño, son factores determinantes. Hay que conocer con exactitud el espacio disponible en el baño o el lugar donde se quiera ubicar. Por otro lado, hay que considerar el número de personas que la van a utilizar. Puede ser individual o para más usuarios. El mercado ofrece saunas estándar ya diseñadas y la posibilidad de crear una personalizada. Redondas, cuadradas, rectangulares, octogonales, de esquina…

Lo único necesario para instalar una sauna, aunque parezca increíble, es disponer de una toma de corriente de tierra para poder conectar el sistema que genera el calor y la iluminación. Otro factor importante es que en el espacio donde se vaya a colocar, exista ventilación suficiente, ya sea en interior o en exterior. Si se trata de una instalación interior, lo más aconsejable es que tenga acceso a una puerta o ventana.

Por último, es fundamental considerar el mantenimiento y la limpieza que va a ser necesario llevar para mantener la sauna en óptimas condiciones. Cada vez que se haga uso de ella, hay que limpiar paredes y suelo, dejar abierto y ventilar. La sauna debe estar desconectada de la corriente y a temperatura ambiente para poder realizar la limpieza en profundidad con productos desinfectantes específicos para este fin. Levantar los bancos y elementos, es parte de esa rutina de limpieza. En el caso de las saunas de madera, es necesario limpiar su exterior para mantener la superficie impecable y prolongar su durabilidad.

Hazlo tú mismo o misma

Ikea revolucionó el mundo del mobiliario con sus sistemas de montaje tipo kit. Convertirse en un manitas se convirtió en algo sencillo que, ahora podemos utilizar para montar hasta una sauna en casa. Si eres de esas mentes inquietas con talentos y habilidades manuales y, te has decidido por instalar una sauna en tu casa, estas de suerte porque puedes hacerlo con tus propias manos.

Para hacer realidad tu sueño y poder ir de la cama a la sauna y de la sauna al salón sin tener que salir de casa, necesitas hacerte con algunos materiales y herramientas. Entre ellos, tornillos, clavos, gravas, pegamento para madera… taladro, nivel, sierra, destornillador, llave inglesa… lo básico de un manitas. Algunos modelos de sauna, pueden requerir además de otro tipo de materiales más específicos como paneles de vidrio, luces o sistemas de sonido para poder conectarse con Alexa. Eso ya va en gustos y preferencias.

Una vez tenemos todo lo necesario para adentrarnos en la aventura de la instalación de saunas, vamos a comprobar como no se trata de una obra de ingeniería (para eso ya se lo curraron los que crearon el kit) y que, siguiendo los pasos adecuados, todo será coser y cantar.

Lo primero primerísimo, elegir la ubicación adecuada. Se supone que eso ya lo tienes hecho antes de adquirir tu sauna en piezas y que ya has tenido en cuenta las dimensiones, que se trate de un lugar seco y con buena ventilación, sin humedad ni riesgos de condensación. Debe haber espacio suficiente para que las personas entren y salgan con comodidad.

Ahora que ya hemos colocado todos lo materiales en esa ubicación, hay que preparar la base. La mayoría de las saunas prefabricadas, necesitan una base sólida y bien nivelada para instalarse correctamente. Si la sauna no trae esa base, hay que construir una, utilizando los materiales adecuados, como madera o concreto, según requiera el fabricante.

Con la base lista, llega el momento de jugar con nuestro lego particular y empezar a armar la sauna. Suele tratarse de un proceso sencillo, puesto que las piezas suelen disponer con un sistema de encaje que no requiere de herramientas especiales para su ensamblaje. Aun así, es fundamental, seguir al pie de la letra (o los dibujos) las instrucciones del fabricante, con la mera finalidad de evitar errores tontos que obliguen a desmontar y empezar de nuevo y, asegurarnos de que la sauna este bien montada y sea segura.

Ya sabemos que la mayoría de las saunas, necesitan electricidad para funcionar, por lo que habrá que tener lista una toma de corriente. Si no dispones de ella, un electricista será la mejor opción para instalar esa toma de tierra sin correr riesgos innecesarios.

Una vez montada la estructura con todos sus accesorios y la has conectado a la red eléctrica, es momento de hacer una prueba para cerciorarte de que todo esta correcto. Encender la sauna y comprobar que alcanza la temperatura adecuada es el último paso a dar y, ya que estás, que mejor que utilizarla para probarla en condiciones y comprobar sus beneficios.

En conclusión, instalar una sauna prefabricada, parece una tarea sencilla que constituye una excelente inversión, a nivel salud y bienestar. Para asegurarse de que el resultado sea el correcto, unos consejos finales que nunca están de más.

Antes de ponerse manos a la obra, leer bien las instrucciones de montaje para entender los pasos que hay que dar y disponer de todos los elementos necesarios para el montaje.

No es mala idea contar con ayuda si es necesario y así asegurar que la instalación se hace de forma segura.

Recordar verificar los requisitos eléctricos necesarios, así como los de ventilación para garantizar un funcionamiento correcto, seguro y eficiente.

Por último, mantener el área donde se va a trabajar ordenada y limpia para evitar riesgos innecesarios y accidentes. Haciendo esto, podrás disfrutar de tu sauna en un periquete.

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