Según estudios estadísticos el número de personas afectadas por la enfermedad celíaca ha aumentado a nivel mundial de forma exponencial, tanto en la edad infantil como en los adultos, solamente en España se estima su incremento en un 15% anual, calculándose que un 1% de la población la padece.
La enfermedad celíaca es una condición del sistema inmunitario caracterizada por una reacción inflamatoria que daña el intestino delgado a las personas con una intolerancia permanente al gluten presente en el trigo, cebada, centeno o avena, alterando la absorción de vitaminas, minerales y demás nutrientes que contienen los alimentos. El gluten además también puede encontrarse en otros alimentos como embutidos y productos cárnicos, salchichas, helados, batidos, legumbres cocinadas, etc.
Los síntomas de esta enfermedad varían de unas personas a otras, incluso algunas personas pueden no presentar sintomatología por lo que pueden estar bastante tiempo sin diagnosticar, a día de hoy se estima que el 85% de los celíacos no saben que lo padecen. Los síntomas más frecuentes son: pérdida de peso, fatiga, dolores abdominales, hinchazón o sensación de plenitud, falta de apetito, apatía, alteraciones en el carácter como irritabilidad, tristeza, inquietud, pelo débil, retraso en el crecimiento, náuseas, vómitos, diarreas, etc.
Hacía tiempo que mi hijo se quejaba de dolor abdominal y estaba irritable, pero fue a raíz de que un día encontrándonos en el parque infantil vomitó, cuando lo llevé a la consulta de su pediatra, que ante la sospecha de que pudiese ser celíaco, le pidió una serología para analizar los anticuerpos relacionados con la celiaquía. Y una vez confirmados los resultados positivos, nos explicó que el único tratamiento eficaz y efectivo para la enfermedad que presentan los celíacos es una alimentación con una estricta dieta sin gluten para toda la vida.
¿Qué se debe tener en cuenta en una alimentación sin gluten?
– En primer lugar, si se tiene o surge la duda, de si un alimento contiene gluten o no, la primera regla es no consumirlo.
– No es aconsejable consumir alimentos adquiridos a granel o elaborados artesanalmente, pues en su manipulación pudo haberse producido una contaminación cruzada.
– Se debe tener especial precaución a la hora de adquirir harinas que no estén certificadas por la Asociación de Celíacos, puesto que pueden estar contaminadas por haberse envasado en lugares donde se envasan otro tipo de harinas.
– En restaurantes, bares, etc. se debe emplear todo el esmero posible en la manipulación de los alimentos para evitar una contaminación cruzada.
– En el domicilio almacenar los productos sin gluten separados para evitar confusiones.
– Utilizar utensilios exclusivamente para estos productos, o limpiarlos antes y después de utilizarlos. Con el fin de eliminar cualquier resto de gluten en los utensilios utilizados, esta limpieza se recomienda realizarla con agua caliente y jabón.
– A la hora de preparar y servir la comida a la mesa, se recomienda distinguir de alguna manera el plato que contiene los alimentos sin gluten.
– Y por supuesto, tener siempre a mano la lista de los alimentos sin gluten y comprobar siempre a la hora de adquirir un producto la relación de ingredientes que contiene en su etiqueta.
El mismo día que llevé a mi hijo a la consulta del pediatra y me dijeron que era celíaco, también descubrí el Grupo Reprepol, puesto que al vomitar se había manchado de tal manera la ropa que tuve que entrar en el primer comercio que encontré a comprarle una camiseta y unos pantalones para poder cambiarlo, y así fue como conocí este grupo fabricante y mayoristas de moda infantil.
¿Qué alimentos están prohibidos para los celiacos?
Ser celiaco es algo que no se escoge, sin embargo, en nuestro país y en todo el mundo, cada vez son más las personas que padecen esta enfermedad y que han de pasar su vida sin probar alimentos como las pastas de sopa, la sémola de trigo, las diferentes pastas italianas como pizza, macarrones o tallarines, los alimentos malteados, los bollos, galletas, bizcochos y otros productos de pastelería… Además, todos aquellos productos manufacturados en los que se incluya alguna harina y en general, la comida, bien sea preparada o manufacturada en la que el fabricante no deje constancia que está libre de gluten, debe dejarse a un lado por seguridad.