Las unidades de convivencia son una alternativa a las residencias de ancianos tradicionales que están creciendo últimamente. Esto se debe a que son una interesante modalidad de centro para mayores porque los ancianos que residen en unidades de convivencia cuentan con personal especializado y compañeros con los que socializar y disfrutar del día a día. Además, se encuentran en pisos habilitados en los que pueden sentir como hogar.
Pero si no sabes qué son las unidades de convivencia y cómo funcionan te lo vamos a explicar en este artículo detallando sus características y conociendo un caso de éxito.
- Características de las unidades de convivencia
Lo primero que hay que saber sobre las unidades de convivencia es que son grupos de personas que se crean para convivir en un mismo espacio. Es decir, en el caso de los ancianos se suelen crear grupos de personas que se piensan que van a compaginar bien atendiendo a sus gustos, personalidades y grado de movilidad o independencia. Y es que la filosofía de este tipo de centro es potenciar la socialización en la tercera edad.
También hay que tener en cuenta que las unidades de convivencia funcionan en viviendas especializadas y adaptadas para ello. Normalmente suelen ser grandes pisos que tienen varias habitaciones con baño integrado, un salón con comedor y una cocina. En algunas ocasiones tienen también espacios exteriores como jardines o terrazas. Y todos los espacios están especialmente pensados para los mayores y facilitar su vida diaria por lo que no hay barreras arquitectónicas y los muebles son idóneos para la tercera edad.
Además de ser viviendas adaptadas en las unidades de convivencia trabajan profesionales especializados que ofrecen atención personalizada y se encargan de atender las necesidades de todos los miembros de la unidad. Así, en una unidad de convivencia suele haber auxiliares de enfermería, profesionales especializados en geriatría o terapia ocupacional y también personal de limpieza.
En definitiva, las unidades de convivencia son una forma que combina cuidados, socialización y confort, ya que los miembros de la unidad se sienten como en casa.
- Un caso de éxito
Para conocer mejor cómo funcionan las unidades de convivencia, vamos a descubrir un caso de éxito, el de la Residencia Lacort-Viana. “Todo comenzó en el año 2013 cuando la Consejería de Familia de la Junta de Castilla y León seleccionó 9 centros para formar parte de una experiencia piloto y así implantar el modelo de atención en la Comunidad. Nuestro centro fue uno de los 9 seleccionados, siendo el elegido en la provincia de Valladolid. Después de la experiencia piloto y los buenos resultados en el Centro Lacort-Viana iniciamos una transformación para cambiar el modelo de atención residencial, pasando del modelo tradicional «asistencial», al modelo de atención centrada en la Persona. Hasta ahora que somos el primer y único centro de Castilla y León que íntegramente funciona con unidades de convivencia”, explican desde la Residencia Lacort-Viana.
Pero ¿cómo funcionan las unidades de convivencia en este centro? Pues en el caso de las unidades de convivencia de Lacort-Viana son espacios en los que conviven grupos de residentes. Normalmente los grupos los conforman entre 12 y 16 residentes. Unos residentes que cuentan con diferentes grados de dependencia para poder trabajar, mantener e intentar recuperar sus capacidades. También se tiene en cuenta el proyecto de vida de los residentes y se intenta poder mantener sus hábitos, sus gustos, sus aficiones, sus intereses o preocupaciones. De esta manera se intenta mantener y mejorar su calidad de vida.
Respecto a las unidades suelen ser espacios que disponen de cocina, sala de estar, comedor y jardín. Para fomentar la socialización entre los diferentes miembros de la unidad. Como la socialización es una de las principales características de las unidades de convivencia siempre se intenta fomentar el contacto con las familias. Los amigos y familiares juegan un papel muy importante en el desarrollo del anciano en este nuevo modelo de vida por lo que se implica a las familias en el cambio y su adaptación.
Después de leer este artículo puede que pienses que las unidades de convivencia son una interesante alternativa a las tradicionales residencias de ancianos. Y la verdad es que cuentan con muchas ventajas. No obstante, todavía no están muy extendidas, hay pocos centros y las plazas son limitadas, ya que son grupos conformados por un número pequeño de residentes. Aunque cada vez empieza a haber más centros de este tipo debido a la experiencia positiva que han apreciado los primeros proyectos.