La conexión que ha existido desde casi siempre entre los abuelos y los nietos ha sido un espectáculo de la vida. Los abuelos han sido siempre las personas en las que los segundos siempre se han refugiado. Los primeros les permiten todo a los segundos cuando, casi con total seguridad, han negado exactamente las mismas cosas a sus propios hijos cuando eran pequeños. No deja de ser curiosa esta situación y no deja de ser importante todo el cariño que profesan las generaciones más ancianas con las más jóvenes.
Para los niños, los abuelos son un gran apoyo. Por eso es tan traumático y tan difícil para ellos ver cómo poco a poco estos abuelos van cumpliendo años y perdiendo facultades. El cariño mutuo es evidente que es el mismo, y que incluso crece en situaciones de especial adversidad, pero eso no es óbice para que la situación genere una tristeza en los más pequeños. La importancia de explicarles que el envejecimiento es algo que forma parte de la vida misma es enorme para que entiendan lo que está pasando.
La relación entre los abuelos y los niños es algo que tiene mucho que ver con lo que es la psicología. Así lo hace saber un artículo del diario El Español, que además hace hincapié en que el beneficio es mutuo. El niño encuentra una ternura que es fundamental para su educación y el abuelo ve en el niño esa persona que le hace perder la cabeza para bien. La verdad es que es la relación entre un abuelo y su nieto es algo que va mucho más allá de las relaciones familiares normales.
El portal web Etapa Infantil hablaba hace algún tiempo de que, en la actualidad, parece haberse perdido un poquito esa conexión tan enriquecedora como es la que se desarrolla entre abuelos y nietos. El artículo propone varias maneras de potenciar ese vínculo y establece como prioridad el pasar tiempo juntos, algo que por las dos partes se puede conseguir. En el caso de encontrarse alejados geográficamente, las nuevas tecnologías de erigen como las principales alternativas para cultivar esta relación.
Ver envejecer a los abuelos, una tarea más que complicada
Ver envejecer a una persona querida es algo que puede resultar bastante duro para los niños, especialmente si son pequeños y no alcanzan a entender qué es lo que está ocurriendo con su abuelo o abuela. Según nos han comentado los profesionales de Bi2t, una entidad dedicada a prestar servicios asistenciales a las personas mayores, una de las cosas que más impactan a los niños es ver a su abuelo o abuela ser cuidado por una persona ajena a la familia. La labor de los padres, que deben hacer entender a los niños que eso es una necesidad, es fundamental.
Todos hemos tenido que vivir el declive de nuestros abuelos en algún momento de nuestra vida. Es algo inevitable y que ocurre en algún momento, nos pille más jóvenes o no. Los padres jugamos un papel que es muy importante a la hora de que el niño vaya asimilando conceptos de la vida. Hacerles ver que todo tiene un principio y un final es uno de los medios más eficaces para que los más pequeños se vayan formando y empiecen a entender y a valorar la vida.
Hay que destacar otra cuestión de la cual no nos podemos olvidar. En el momento en el que muere un abuelo o abuela que deja viuda a su pareja, es preciso que reforcemos todavía más la relación entre los más pequeños y ese abuelo o abuela que acaba de perder al amor de su vida. Es en ese momento en el que un nieto se debe volcar con su abuelo o abuela y hacer todavía más fuerte el vínculo que le une a él o a ella. Esto será imprescindible para que los dos superen el trauma y que lo hagan juntos.
Los abuelos son personas tan especiales y tan importantes en la educación de los niños que podríamos decir que se encuentran a la altura de los padres. Proporcionan otro punto de vista a la vida de los más pequeños y hacen que sus días sean más divertidos y felices. Es un vínculo que hay que desarrollar y que solo puede perderse en el momento en el que el abuelo fallezca. Preparar al niño para eso también es importante.