¿No nos estamos pasando con los cumpleaños?

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Parece que organizar un cumpleaños infantil hoy en día es casi lo mismo que celebrar una boda. Lo que antes se arreglaba con una buena bandeja de sándwiches de nocilla, resfrescos, patatas de bolsa, aceitunas sin hueso y bocadillitos pequeños de pan blando alrededor de una mesa a la que se acercaban los niños de vez en cuando a merendar mientras jugaban por el salón de la casa, ahora se ha convertido en todo un acontecimiento que hay que empezar a preparar con meses de antelación.

Alquila el local o contrata el cumpleaños en un parque de bolas, si vives en una urbanización con sala común tienes suerte, puedes reservarla y así te sale gratis, aunque solo sea esa parte porque luego tienes que contratar un catering para la merienda de los niños y el picoteo de los padres, la bebida, la tarta que si es de esas personalizadas de fondant mucho mejor y, por supuesto, los animadores infantiles, castillos hinchables y lo que haga falta.

¡Ah! Y previamente habrás tenido que hacer las invitaciones, como si fuera una boda, para repartir a toda la clase. Sí, sí… a toda la clase. Si en el aula hay 32 niños compañeros de tu hijo/a  tendrás que invitarlos a todos, que sumados a los padres y algún primito o familiar que sea invitado también te verás montando una fiesta para más de 60 personas. Una auténtica locura.

Los animadores infantiles de El Unicornio, quienes cuentan con asesoramiento psicopedagógico infantil, nos cuentan que la animación en los cumpleaños está muy bien, tanto para entretener a los niños como para hacer juegos que les ayuden a socializar, pero no es necesario que en dichos cumpleaños hayan 40 niños ni es necesario contratar espectáculos ni atracciones, de hecho, con este tipo de cosas lo que hacemos es competir con otros padres para ver quien organiza el mejor cumpleaños, pero no lo hacemos por los niños, quienes se lo pasarían igual de bien con una gymkana con pruebas tradicionales de toda la vida y sin tener que invertir demasiado dinero.

Cuidado con los regalos

Según la psicóloga Silvia Álava, cuando los niños reciben muchos regalos ni los llegan ni a integrar ni a valorar, además de que a veces se generan expectativas para años posteriores que es posible que no se puedan cumplir llegando a asociar la felicidad con el hecho de tener muchos regalos o que vaya mucha gente a la fiesta.

Hay que  invitar a los niños que el pequeño elija, y no a toda la clase. De hecho, hacerlo no tiene ningún sentido desde el punto de vista psicológico pues, el cumpleaños, debe ser algo personal, algo original y especial, pero celebrarlo en un parque de bolas con 25 regalos es lo común hoy en día. Es mucho mejor celebrarlo en casa o en un parque con los amigos más allegados. De hecho, os típicos parques de suelo de caucho son mucho más seguros que los parques de bolas, tanto en posibles accidentes como en gérmenes y bacterias que acumulan. En Ruedas Llopis nos cuentan que estos suelos amortiguan caídas al tiempo que evitan que insectos y otro tipo de suciedad que suele tener la arena se acumule sobre le suelo.

Luego está el problema de tratar a los niños como si fueran adultos en sus fiestas de cumpleaños. Por ejemplo, para una niña de 6 años el regalo de sus padres es montarle una fiesta en un salón “de princesas” en el que aprenderán a maquillarse y ponerse tacones. ¿Por qué? ¿Qué necesidad hay? En otros cumpleaños se pone música de reggaetón, un baile que no es para nada infantil, como tampoco lo son las letras de las canciones, con lenguaje obsceno.

Es como si por el mero hecho de que algo estuviera de moda todos pensásemos que es apto, y no lo es.

No obstante la animación infantil no está reñida con este tipo de ideas, de hecho un buen equipo de animadores infantiles, formado y bien preparado, puede crear actividades educativas divertidas en las que los niños interactúen de forma sana. El problema viene cuando de 5 a 6 de la tarde están los animadores, de 6 a 6:30 llegan los payasos y a las 7 se monta el castillo inflable que estará abierto hasta las 20:30, hora a la que acabará el cumpleaños. Y eso con suerte, porque como sea una familia adinerada la que organiza el cumpleaños igual encontramos también a magos, pintacaras, globoflexia  e incluso a cuentacuentos.

Así, el animador infantil no es más que un especialista en juegos, un profesional que sabe animar a los más pequeños para que pasen una tarde a lo grande sin necesidad de montar una fiesta que podría competir con la celebración de una boda y salir ganando.

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