La superficie de nuestra vivienda merece una revisión si vamos a ser padres o madres

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Suele decirse, con el abanico de razones más grande que se puede tener, que un hijo o hija te cambia la vida por completo. No hay nada que sea más real que esto. El hecho de tener descendencia hace que nuestra vida se tenga que dedicar a que otra persona empiece a crecer y se proteja correctamente de todas las fuerzas amenazantes, ya sean climáticas o de cualquier otro tipo. El trabajo de los padres y de las madres es el más intenso que se puede llegar a imaginar. A nadie le puede caber alguna duda al respecto.

En ocasiones, tener un hijo cambia tanto la vida que una familia se ve obligada a cambiar su domicilio. Si esa familia ha estado viviendo en un pequeño piso, el cambio es algo que podemos considerar impepinable. Alquilar o comprar una vivienda o, como mínimo, un piso más grande es algo que es necesario para mantener una calidad de vida que, de otro modo, se puede ver afectada de una manera más que sustancial. Es algo que suele compartir, en mayor o menor medida, buena parte de las familias que tienen a su primer hijo o hija.

Es cierto que nos encontramos en un momento de la historia en el que tenemos una tasa de natalidad que nada tiene que ver con la que hemos tenido en otros momentos. Vamos a hacer referencia, en primera instancia, a un artículo que fue publicado por el diario El Mundo y que hacía referencia a cómo el descenso de la natalidad que experimenta nuestra sociedad la está destruyendo poco a poco. Es algo que los sociólogos vienen alertando desde hace muchos años y para lo que hace falta una solución que sea estructural. Las tiritas no valen. Hay que tomar otro tipo de decisiones.

En la última década, ha sido especialmente sangrante este decrecimiento. Para hacer que os hagáis una idea, hemos apelado a otro artículo, en este caso del diario El País, que asegura que la natalidad se ha desplomado en un 30% en la última década, un dato que es especialmente preocupante y que pone de manifiesto que hay un problema bastante grande en la sociedad en la que nos encontramos. Un problema para el que encontrar una solución es algo que mucha gente considera bastante complicado, al menos por ahora.

Obligación de amoldar la vivienda al recién nacido 

Trasladarse de vivienda es algo que solo significa un primer paso a la hora de cuidar de todo lo que le hace falta a nuestro hijo o hija para tener una vida segura y tranquila, al menos en lo que tiene que ver con sus primeros años de existencia. Una de las cuestiones que los padres y madres miran con detenimiento ahora es que las superficies no sean demasiado resbaladizas y que no haya demasiados peligros, en general, para que el bebé vaya creciendo y se vaya moviendo sin que existan demasiados inconvenientes para ello.

Disponer de una vivienda cómoda y segura es una de las máximas que tienen los padres y madres en el momento en el que tienen a su primer hijo o hija. El suelo es una de las principales prioridades para ello. Al menos eso es lo que nos han comentado desde Cerámica Para Arquitectura, una entidad dedicada, entre otro tipo de labores, a la venta de baldosas para diferentes superficies y suelos. Según lo que nos indican los profesionales de esta empresa, los padres y madres que acaban de tener su primer hijo desean incorporar a su vivienda un suelo que sea mucho menos resbaladizo para que sus muchachos puedan deambular por ella con total tranquilidad.

Es evidente que este no es el único asunto que tienen que tener en cuenta los responsables de los menores para tratar de garantizar la seguridad de sus muchachos. Pero sí que es una buena manera de empezar. Después de esto, habrá que tener cuidado con el tipo de muebles que compramos y, cómo no, tratar de educar a sus hijos e hijas para que a la hora de desplazarse tengan cuidado con todo lo que tiene un determinado riesgo para ellos. Es algo que resulta imprescindible para evitar cualquier tipo de problema.

Todo lo que hemos comentado puede formar parte de un buen manual para iniciarse en lo que tiene que ver con las responsabilidades de un padre o de una madre que se precie. La verdad es que, tal y como hemos comentado al principio de este texto, las cosas que hay que tener en cuenta para ser un padre o una madre perfecta son muchísimas y la verdad es que esta solo es la punta del iceberg. Pero no hay de qué preocuparse. Ser padre o madre es la mejor experiencia que un ser humano puede tener a lo largo de su vida. Hay pocas cosas que siquiera se puedan comparar con este asunto.

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