Los primeros años en la vida de una persona son fundamentales para entender el resto de su existencia. Durante sus primeros pasos en el mundo, los niños y las niñas van constituyendo su ser, aprendiendo cada día más y más cosas y teniendo la oportunidad de ir haciéndose un hueco entre sus conocidos y amigos. Es un momento en el que es importante comenzar a vislumbrar qué le gusta al niño, qué no y por qué.
Quizá no durante sus dos o tres años de vida, pero sí justo después, es necesario comenzar a inculcarle al menor la importancia que tiene el hacer deporte. Es cierto que los niños que acaban de comenzar a andar no paran de moverse y estar de pie, pero hacer deporte implica mucho más que eso. Es algo que forma parte de ti, algo a lo que te acostumbras de alguna manera y una acción que sólo puede generar beneficios si se practica de un modo seguro y fiable.
Berta Ponce Martín publicó un artículo en el diario El Confidencial en el que habló sobre esta importancia que tiene el deporte entre los más pequeños. Ponce destacaba que existían varias figuras que determinaban si el niño o niña practicaba deporte y qué tipo de juego era el que más le convenía. Esas figuras son las de los padres y el entrenador. Además, y siempre en opinión de la autora, existía un tercer factor que hacía fundamental esta labor: la motivación. Un elemento imprescindible para todo aquel deportista que se precie.
La fundación Más Vida, por su parte, hizo en su página web una clasificación de las diez ventajas que obtiene un menor cuando realiza deporte o ejercicio físico:
- La primera de ellas es que aumenta su crecimiento.
- También hace posible que se puedan corregir determinados defectos físicos.
- Potencia la creación y la toma rutinaria de determinados hábitos.
- Se desarrolla el placer por el movimiento.
- Estimula la higiene y la salud, dos aspectos fundamentales en toda persona y más si cabe entre los menores.
- Les enseña el valor de las responsabilidades.
- Ayuda a que todos aquellos niños que sean tímidos superen esa timidez.
- Frena los impulsos excesivos.
- El niño, gracias al deporte, se vuelve algo más colaborador y menos individualista. Aprende en mayor medida la importancia del equipo, de aquellos que le rodean.
- Produce, finalmente, un aumento del movimiento coordinado.
La seguridad, elemental entre los menores
Lo peor del deporte es, sin duda, el factor que tiene que ver con las lesiones. En el caso de los niños, es importante tener mucho cuidado con este tema. Hace falta entender que, en el caso de que se produzca una lesión grave en un menor, es posible ya no sólo que esa persona no vaya a tener la misma ilusión o motivación por hacer deporte a lo largo de su vida, sino que tenga alguna secuela física que le acompañe por el resto de sus días. Es una labor de todos evitar ese tipo de problemas y, en opinión de los profesionales de Marian’s Sport, una entidad dedicada a la venta de artilugios relacionados con el deporte, el calzado juega un papel principal.
Por suerte, España es un país en el que el deporte está muy arraigado en nuestra sociedad. Los niños tienen como principales ídolos a iconos del mundo del deporte y eso es muy positivo para hacer que sientan pasión por este mundo. Además, nuestro país presenta una característica muy beneficiosa en el caso del deporte: aquí somos dados a practicar más deportes de equipo que individuales (los dos deportes mayoritarios aquí son fútbol y baloncesto) por lo que los menores suelen tener un mayor apego a este tipo de deportes y conseguir un mayor índice de socialización.
Lo mejor de todo es que no tiene pinta de que en España la importancia del deporte vaya a ir a menos. Más bien todo lo contrario. El fútbol, el básquet, el balonmano, el tenis… son auténticas tradiciones en nuestro país y los éxitos que cosechan a nivel internacional sus máximos representantes nacionales es la mejor razón para garantizar que la salud deportiva en España vive el mejor momento de su historia.
