Varios estudios señalan que el CBD tiene efectos relajantes tanto para el cuerpo como para la mente. Algunas mujeres que lo toman con cierta frecuencia afirman que sienten menos estrés y que padecen menos problemas para conciliar el sueño por las noches.
El CBD o Cannabidiol es una de las múltiples sustancias químicas presentes en el cáñamo, la planta de la marihuana. Los dos principios químicos más famosos existentes en este vegetal son el CBD y el THC (Tetrahidrocannabidol). Mientras el THC tiene efectos psicoactivos, el CBD es un antiespasmódico, ansiolítico y antiinflamatorio que no genera ninguna alteración sustancial de la consciencia.
La ciencia y la industria moderna han sabido separar las dos sustancias, pudiendo beneficiarnos de las ventajas del CBD sin experimentar los efectos de aturdimiento y desconexión típicos que provoca el consumo de marihuana.
Antes de que el CBD se popularizara, algunos fumadores habituales de marihuana afirmaban que esta sustancia les provocaba una sensación de relajación gratificante. Incluso, les ayudaba a mitigar el dolor, cuando padecían alguna lesión. Con esto no quiero defender el consumo de esta droga. Solo quiero evidenciar los efectos medicinales del CBD, presente en cualquier producto derivado del cannabis.
Hoy podemos encontrar el CBD en diferentes formatos: aceites, cremas, píldoras, gominolas, bebidas, etc. Cada uno de ellos tiene una forma de consumo diferente y es más recomendable según el uso que se le quiera dar. Así, por ejemplo, las gominolas y caramelos, que se toman por vía oral, son a menudo utilizadas como sustitutos de los somníferos, mientras que, por otro lado, la industria cosmética incorpora el CBD como un ingrediente activo en algunas cremas anti-acné. El aceite continúa siendo la forma más habitual en la que se presenta esta sustancia. Una presentación que se puede tomar por vía lingual, diluyéndolo en bebidas o por vía tópica.
En cualquier caso, el CBD ayuda a relajarnos, como veremos a lo largo de este artículo.
El uso clínico del CBD.
La página web de la Clínica Mayo afirma que el único uso médico autorizado del CBD es el Epidiolex. Un fármaco elaborado con aceite de CBD que se utiliza para controlar la epilepsia.
En los últimos 50 años se han puesto en marcha multitud de estudios clínicos para investigar el uso del CBD para tratar diferentes enfermedades: el párkinson, la esclerosis múltiple, los trastornos de ansiedad, la esquizofrenia, etc.
Hay estudios bastante interesantes sobre como el CBD puede frenar el desarrollo de algunos tipos de cáncer o como puede reducir los efectos de la quimioterapia. Sin embargo, los resultados de todas estas investigaciones no se pueden considerar concluyentes. Hace falta profundizar en la investigación para atribuirles un valor determinante.
El CBD ha despertado la curiosidad de una parte de la comunidad científica, que ven en él, cuando no una alternativa revolucionaria para resolver algunos problemas de salud frecuentes en el mundo actual, sí un campo lleno de posibilidades. Sin embargo, se enfrentan a la oposición de la industria farmacéutica y de algunos centros de poder, que rechazan cualquier aplicación que provenga de una sustancia largamente perseguida, como es la marihuana.
Debemos ser claros. Los productos de CBD que se comercializan proceden del cáñamo industrial. Una variedad de cáñamo con una proporción de THC inferior a la que tienen los cogollos de marihuana que se emplean para uso recreativo.
Como dicen los médicos de la Clínica Mayo, el CBD tiene efectos secundarios. Aparecen cuando nos hemos sobrepasado con la dosis adecuada y desaparecen una vez el cuerpo ha depurado la sustancia. Algunos de estos efectos son la diarrea, la fatiga, la somnolencia y la sequedad de boca. Por eso, cuando utilicemos CBD con fines medicinales o estéticos, siempre es conveniente tomar la dosis recomendada por el fabricante, distribuidor o facultativo que nos la ha recomendado.
El CBD en la industria cosmética.
El veto del CBD en la industria farmacéutica, ha hecho que su empleo se extienda hacia la parafarmacia y la cosmética, donde el control en cuanto a los ingredientes es menos restrictivo.
Esta acción ha permitido descubrir como el CBD tiene interesantes beneficios para la salud y el cuidado de la piel. Se sabe, que por el formato en el que se presenta, produce una hidratación intensa de las capas más profundas de la dermis El CBD en cosmética se utiliza en aceites y cremas de fácil absorción, que por su textura, van liberando moléculas de agua poco a poco, facilitando la regeneración e hidratación de las células de la piel.
Se sabe también que el CBD posee propiedades antiinflamatorias. Lo cual resulta útil para calmar la piel irritada después de sufrir quemaduras leves, como las producidas por la exposición continuada al sol, para reducir el enrojecimiento o para combatir el acné.
El CBD actúa como un antioxidante. Protegiendo la piel frente a la acción de los radicales libres, lo cual frena el avance del envejecimiento celular, permitiéndonos conservar una piel tersa y luminosa, al tiempo que regula el exceso de grasa en la piel.
Aun tomándose por vía cutánea, por medio de cremas y aceites esenciales, el CBD nos produce una relajación muscular y mental, ya que la sustancia accede al sistema nervioso por medio de las terminaciones que recorren toda nuestra piel.
Si buscamos, es probable que encontremos cosméticos con CBD en algunos supermercados y grandes almacenes, pero si realmente queremos descubrir los efectos de esta sustancia, lo mejor es recurrir a tiendas especializadas. Como Naturamma, una tienda online y distribuidor de productos de CBD de Canarias que venden cremas y aceites sin aditivos y con certificados ecológicos, y que tienen además packs especializados en hidratación o alivio del dolor que me parecen muy interesantes.
Cómo se consume.
Lo hemos señalado en la introducción. Existen diferentes formas de tomar CBD. El periódico digital Ávila-red profundiza en un artículo sobre el tema. Estas son algunas de las formas que tenemos para consumir CBD.
- Vía sublingual. Colocarnos un par de gotas de aceite de CBD debajo de la lengua es una de las formas más rápidas y directas de tomarlo. La absorción es casi inmediata. Por esta vía, el CBD hace efecto a los 15 o 20 minutos desde la aplicación. Este sistema nos permite controlar con precisión la cantidad de CBD que tomamos, para que nos produzca efectos secundarios.
- Diluido en comidas o bebidas. Estas dos gotas de CBD podemos echarlas en un zumo, en una infusión o sobre una pasta o pastelito. El problema aquí, es que para que el CBD haga efecto es necesario que recorra todo el tracto digestivo. Siempre es más rápido tomarlo en bebidas que en comidas. De todos modos, no podemos esperar sentir los efectos antes de los 30 minutos desde la ingestión. En el mercado encontramos algunas bebidas, y preparados, que afirman contener CBD, como cervezas, infusiones, etc. Por mi experiencia, algunos de ellos que he probado, no he notado nada.
- Cremas y pomadas. Las cremas y cosméticos de CBD están diseñados para provocar un efecto localizado. Actúan directamente sobre la parte del cuerpo donde la aplicamos: la cara, el brazo, las rodillas, etc. Si con ella queremos aliviar el dolor o combatir el enrojecimiento, el efecto es casi inmediato. Si con estos productos deseamos hidratar la piel en profundidad o combatir los signos de la edad, debemos ser conscientes de que la clave del resultado está en la constancia y la regularidad. No nos vamos a ver más jóvenes porque un día nos apliquemos una crema con CBD. Debemos seguir la rutina a diario. Lo que sí tenemos es la seguridad de que estamos usando productos naturales, que son beneficiosos para la piel. No usamos químicos que a la larga la pueden dañar.
- Las píldoras. Un formato en el que se presenta el CBD es en píldoras. Es una manera de consumirlo adecuada para alcanzar una cierta relajación. En realidad, las píldoras son gotas de aceite de CBD recubiertas con una cobertura digestible. Es una forma de tomar la dosis exacta de producto, sin pasarnos. Suelen hacer efecto entre los 20 y 30 minutos desde la ingestión.
El CBD y el estrés de la vida moderna.
Lo tomemos como lo tomemos, el CBD va a ayudarnos a relajarnos. Cuando hablamos de combatir el estrés no es bueno crear falsas expectativas. El efecto del CBD dependerá del nivel de estrés que tengamos acumulado. De todos modos, si no nos pasamos con la dosis, no nos va a hacer daño.
Es importante remarcar que el estrés que experimentamos en nuestra vida habitual puede adoptar diferentes manifestaciones. No siempre es esa sensación de alerta continua. A menudo el estrés se refleja en trastornos del sueño (insomnio, problemas para dormir, despertares nocturnos), otras veces da lugar a la aparición de fatiga física o mental y con frecuencia nos conduce a llevar una alimentación desordenada que termina pasando factura a nuestra salud.
Es interesante saber que en el CBD tenemos un aliado para combatir estas y otras situaciones que inciden en nuestra vida, desgastándonos poco a poco.