La apnea del sueño es un trastorno persistente y grave para quien lo padece. Lo sufre hasta un 15% de la población y es difícil de distinguir sin el tratamiento adecuado, y lo peor, es que pueden sufrirla hasta los niños. Por si fuera poco, esta enfermedad no afecta sólo a nuestra respiración o a nuestro sueño, sino que también afecta a nuestra salud bucodental.
¿Quieres saber cómo nos afecta, qué síntomas tiene y qué podemos hacer para tratarla? Entonces no te pierdas este artículo, no te arrepentirás.
La apnea del sueño y nuestra salud bucal: dos elementos relacionados entre sí.
La apnea del sueño es un trastorno en el que la respiración se detiene y se reanuda repetidamente mientras se duerme. Esto puede causar varios efectos negativos en nuestra salud bucodental debido a la forma en que afecta la respiración y la calidad del sueño de una persona.
Uno de los trastornos o efectos que puede desencadenar en nuestra salud bucodental la apnea, es el bruxismo, mediante el cual las personas tienden a rechinar o apretar los dientes mientras duermen. El bruxismo puede afectar gravemente a nuestra dentadura, provocando roturas, dolor e incluso desgaste en los dientes.
Otro de los problemas relacionados con la apnea es la sequedad en la boca causada por la respiración interrumpida durante la noche. Ésta aumenta el riesgo de sufrir caries, gingivitis y otros, lo que puede provocar la pérdida de dientes además de otros problemas de salud bucal.
Por supuesto, la apnea también puede causarnos problemas y dolor en nuestra mandíbula, por lo que como imaginarás, no es un problema que se deba dejar de lado, sino que más bien, se debe identificar y tratar lo más pronto posible.
¿Cómo la identificamos?
Afortunadamente, existen una serie de señales o síntomas que pueden ayudarnos a identificar si tenemos o no apnea (nosotros o la persona con la que dormimos).
Entre ellos, encontramos las siguientes:
- Ronquidos fuertes.
Aunque no todas las personas que roncan padecen apnea del sueño, los ronquidos fuertes pueden ser una señal de apnea (especialmente si van seguidos de pausas durante la respiración).
- Pausas en la respiración durante el sueño.
Dejar de respirar mientras dormimos no es algo normal. Si alguien puede observarte mientras duermes pídele que se fije en tu respiración; si nota que dejas de respirar durante períodos cortos para luego retomar la respiración, esto podría ser un signo evidente de apnea del sueño.
- Demasiado sueño durante el día.
La apnea del sueño puede interrumpir el sueño lo suficiente como para que te sientas muy cansado por la mañana, lo cual se traduce como un estado de somnolencia excesiva durante el día.
- Dolor de cabeza nada más despertar.
Despertar con dolor de cabeza podría ser un signo de que no estás respirando correctamente mientras duermes.
- Mayor dificultad para concentrarse.
La falta de sueño de calidad puede afectar tu capacidad para concentrarte y mantenerte alerta durante el día. Es importante distinguir el estrés o el hecho de estar pasando una mala racha antes de relacionarlo con la apnea, por lo que lo más indicado es hacernos la siguiente pregunta: ¿estamos durmiendo bien? En caso de que la respuesta sea un “no”, ¿Qué creemos que puede causar ese problema?
- Hipertensión arterial.
La apnea del sueño también está asociada con un mayor riesgo de desarrollar hipertensión arterial, la cual se produce cuando la presión de la sangre es demasiado alta en nuestros vasos sanguíneos.
Con un tensiómetro podemos detectar fácilmente si sufrimos de hipertensión, así que te aconsejamos tomarla en una farmacia o en el médico. Otra opción es adquirir un aparato para casa, aunque esto suele estar indicado para personas de mayor rango de edad o personas que sufren ciertas enfermedades ¡tú decides!
Tratarla es posible y te mostramos cómo.
Afortunadamente, tratar la apnea del sueño es posible y es fundamental para mejorar la calidad de vida y reducir el riesgo de complicaciones relacionadas con la salud.
A continuación, te mostramos algunas formas comunes de tratar la apnea del sueño:
- Dispositivos de presión positiva continua en las vías respiratorias (CPAP).
El CPAP es uno de los tratamientos más comunes y efectivos para la apnea del sueño.
Consiste en una máquina que bombea aire a presión a través de una máscara que se coloca sobre la nariz, o la nariz y la boca mientras se duerme. Esta presión ayuda a mantener abiertas las vías respiratorias, evitando así las dichas pausas y cualquier posible obstrucción.
- Dispositivos de presión positiva “binivel” (BIPAP).
Estos dispositivos proporcionan diferentes niveles de presión para la inhalación y la exhalación, lo cual ayuda enormemente a personas que sufren este trastorno.
- Dispositivos de avance mandibular (DAM).
Estos aparatos orales se usan durante la noche y ayudan a mantener la mandíbula y la lengua en una posición adecuada, para que así podamos mantener nuestras vías respiratorias libres y desatascadas.
- Cirugía.
Según aconsejan los expertos de la Clínica Dental Ortodoncia Mirasierra, en algunos casos graves o cuando otros tratamientos no son efectivos, la cirugía puede ser una opción. Las intervenciones quirúrgicas como la cirugía ortognática pueden ayudar a corregir defectos anatómicos en las vías respiratorias superiores para lograr mejorar el flujo de aire que respiramos.
- Cambios en el estilo de vida.
Para acabar, también podemos optar por algunas opciones más sencillas y rutinarias que nos ayuden a sentirnos mejor respecto a la apnea.
Perder peso, evitar el consumo de alcohol y tabaco, dormir de lado en lugar de boca arriba, y mantener una rutina de sueño regular pueden ayudar enormemente a reducir los síntomas de la apnea del sueño para algunas personas ¡así que no dejes de hacerlo!