Aprende a tocar la guitarra.

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Aprender a tocar la guitarra es una asignatura pendiente para muchos aficionados a la música. Un instrumento que hipnotiza. Una inquietud que, a poco que se cultive, puede convertirse en una pasión.

La guitarra es un instrumento popular. Más económica que otros instrumentos como el piano, y fácil de llevar a cualquier lado. Es el protagonista indiscutible de una amplia gama de estilos musicales populares. La escuchamos en el flamenco, en el blues, en el rock, en el son cubano, en el jazz y en la mayor parte de la música folclórica hispanoamericana.

Para aprender a tocar un instrumento musical es bueno adquirir ciertas nociones básicas de teoría y tener una base, que en el caso de la guitarra se puede cimentar en la música clásica, el flamenco o el blues. A partir de ahí, el aficionado puede incursionar con su instrumento por los caminos musicales que prefiera.

Cuando aprendemos a tocar la guitarra, a veces nos podemos sentir impacientes y frustrados. Damos vueltas por ciertos recovecos que no sabemos a dónde nos quieren llevar. Queremos aprender a tocar enseguida las canciones que nos gustan o emular a nuestros guitarristas de referencia, y vemos que nos falta mucha base.

Ojeando por internet he leído varias opiniones interesantes sobre este tema. Lamine BEN SALEM cuenta que después de mil intentos frustrados por aprender a tocar la guitarra, perdido en ejercicios para adquirir técnica, tomo unas clases con Nico Sánchez, un guitarrista colombiano afincado en Barcelona, y consiguió que esos ejercicios estuvieran ligados al tipo de canciones que le apetecía tocar. Lo cual, le subió la autoestima y le motivó para seguir aprendiendo.

Fala Nego ha intentado aprender a tocar la guitarra por su cuenta, de forma autodidacta, como nos sucede a muchos. Después de asistir dos meses a clase con un profesor, por fin percibe que está avanzando.

Recojo en este artículo las opiniones de algunos célebres guitarristas sobre el proceso de aprender a tocar la guitarra, extraídas de algunas entrevistas.

No hay genios, hay práctica. Paco de Lucía.

Cuando pensamos en la guitarra pensamos en personajes como Paco de Lucía y Jimi Hendrix. Artistas que parecen tocados por una varita mágica y que terminaron convertidos en genios. Detrás de su arte hay una cantidad ingente de trabajo.

En un artículo publicado en la web de Radio Praga Internacional se recogen varias declaraciones del guitarrista español fallecido. Paco de Lucía reconoce que con 7 años practicaba 10 horas al día con la guitarra.

Paco de Lucía nació en el seno de una familia pobre, en el barrio obrero de La Fuentenueva, en Algeciras (Cádiz). Su padre, que también era guitarrista, alternaba bolos en tablaos flamencos y fiestas de la localidad, con atender un puesto de frutas en el mercado de abastos y la venta ambulante de telas.

El padre, Antonio Sánchez Pecino, enseñó música a sus cinco hijos con la intención de que ganaran algo de dinero lo antes posible y ayudaran en la economía familiar. Paco de Lucía tenía apenas 5 años cuando empezó a aprender guitarra. Se lo tomó como que aquello iba a ser su destino. Comenta Paco que su padre era muy estricto, se empeñaba en que el muchacho, que apuntaba maneras, dominara todos los palos del flamenco.

Ese dominio de la técnica, basado en horas de trabajo, también lo tenía Jimi Hendrix. Así lo comentó en varias ocasiones Billy Cox, el músico de blues que coincidió con Hendrix en el ejército en 1961 y le convenció para que se dedicara a la música. Cox describió a Hendrix como una combinación entre John Lee Hooker y Beethoben. Un tipo que con una guitarra en las manos era capaz de tocar al estilo de Muddy Watters, de B.B. King o de Robert Johnson.

Hendrix, que había crecido en un ambiente de blues, se compró su primera guitarra acústica con 15 años. Se obsesionó con aprender a tocar como todos los guitarristas que conocía. Se tiraba muchas horas al día con la guitarra. De hecho, cuando no estaba tocando se metía en líos. Terminó en el ejército porque a la edad de 19 años, la policía le cogió en dos ocasiones con un coche robado y le dio la opción de unirse a filas o entrar en prisión.

Con esto, no quiero decir que para tocar la guitarra hay que hacer, como Paco de Lucía y Jimi Hendrix, ensayar un montón de horas al día. Quiero recalcar que la base para dominar el instrumento es la práctica, no el talento innato.

Divertirse es más importante que la supertécnica. Javier Vargas.

Así lo deja claro el guitarrista de blues Javier Vargas, líder de la Vargas Blues Band, en una entrevista que concedió a la revista Guitarristas.  

Para Vargas, la guitarra es un canal de expresión. Si tú te lo pasas bien tocando, conseguirás que la gente se lo pase bien escuchándote. Por supuesto que hay que tener cierta técnica, hay que conocer los rudimentos del instrumento, pero no hay que obsesionarse. “Si tocas aunque sea con fallos” – dice el músico- “da igual. Puedes escribir a una velocidad increíble, pero no todo el mundo puede escribir un libro. Lo importante es lo que transmites, por encima de todo.”

Javier Vargas es un reputado guitarrista que comenzó trabajando como músico profesional para Miguel Ríos entre 1979 y 1981. Tras hacerse un hueco en el panorama de los músicos profesionales en España trabajó en la Orquesta Mondragón, para Joaquín Sabina y como músico de estudio.

En 1991 decide montar su propia banda y tocar la música que le gusta. Influenciado por Santana, se inclina por fusionar el Blues con los ritmos hispanos, dando una versión latina, muy particular, de este género musical.

Javier Vargas reconoce que en la actualidad hay mucha facilidad para aprender a tocar la guitarra y hacerlo bien. Hay una gran cantidad de academias y cursillos que dan la oportunidad de aprender, muchos de ellos impartidos por grandes profesionales. Pero remarca que lo importante es la pasión por el instrumento.

Cuando él estaba aprendiendo, en el momento en que conseguía hacer un avance, más se enganchaba a tocar y más ganas tenía de seguir aprendiendo.

Los consejos de los maestros.

Consultando varias páginas web, los profesores de guitarra coinciden en una serie de pautas para aprender a tocar este instrumento. Estas son las más recurrentes:

  1. Ser constante. Lo importante es tocar la guitarra todos los días aunque sea unos minutos. La constancia es lo que te permitirá ir dominando el instrumento y progresar.
  2. Recompénsate. Fíjate objetivos. Dominar una escala, reproducir una melodía. Cuando lo consigas prémiate: una chocolatina, una cerveza, lo que quieras. Valora los avances que vas consiguiendo por pequeños que sean.
  3. No seas impaciente. Aprender a tocar la guitarra es un proceso. No te empecines en aprender rápido. Dedícale tiempo y disfruta de lo que estás haciendo. Piensa que hasta los buenos guitarristas siguen aprendiendo.
  4. Aprende por partes. Si coges una tablatura no intentes aprendértela por completo desde un principio. Apréndete una pequeña parte, practica e intenta dominarla. Deja la siguiente parte para mañana. La idea es que lo que has aprendido lo interiorices, de forma que con el tiempo puedas tocar la guitarra de forma natural, no como un autómata.
  5. Toca despacio. Cuando estás aprendiendo un ejercicio de técnica o siguiendo una tablatura, toca despacio. A medida que vayas dominando ese paso podrás tocarlo más rápido y acompasarlo al ritmo de la música. De esta forma cometerás menos errores y aprenderás más melodías.
  6. Apúntate a clases de guitarra. Apuntarse a clases de guitarra o seguir clases online es como apuntarse a un gimnasio. Al pagar te obligas a seguir una rutina, a ser constante y a no abandonar. Hay guitarristas, que aunque sean autodidactas, llega un momento en el que se paralizan, no avanzan. Entrar en contacto con un profesor les permite aprender otras técnicas y salir de ese bucle repetitivo. Por otro lado, hay personas que requieren una atención más personalizada. Después de todo, aunque nos guste la música, nadie nace sabiendo tocar un instrumento.
  7. Toca con otras personas. La música es algo que une a las personas. Entrar en contacto con otros que comparten tus mismas aficiones es algo enriquecedor. Te permitirá aprender de lo que hacen otros aficionados, y también enseñarles. Por otro lado, interpretar música es un trabajo de equipo. Cada uno cumple una función y entre todos sacan un resultado final. Se adquiere una perspectiva diferente a estar tocando tú solo.
  8. Aprende a tocar canciones. Aprender a tocar canciones de otros, además de darte la sensación de que estás aprendiendo a tocar, te enseña a dominar técnicas, progresión de acordes, integración de arpegios, escalas, etc.
  9. Escucha todo tipo de música. Escuchar música, y más cuando estás aprendiendo a tocar un instrumento, afina el oído. Aprendes a identificar las notas y los sonidos. De cualquier tipo de música puedes aprender.

Aprender a tocar la guitarra es una apasionante carrera de fondo, en la que poco a poco te sorprenderás de las cosas que eres capaz de llegar a hacer.

 

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