A bucear… ¡en familia!

37734 (1) (1)

Que mejor manera de disfrutar de la familia que realizando actividades diferentes como puede ser el buceo. Para muchos puede resultar sorprendente este tipo de iniciativa, pero lo cierto es que cada vez, existe una mayor demanda por practicar submarinismo, acompañado por la pareja y los hijos. Se trata de toda una experiencia que implica la aventura de conocer el mundo submarino. Algo que no está al alcance de cualquiera, puesto que no todos vivimos en zonas marítimas, lo que hace que se trate de una experiencia todavía con mayor valor.

Se dice que el buceo es una actividad que atrapa y envuelve a cualquier adulto que, una vez prueba, repite. Descubrir el mundo marino, se traduce en una experiencia sin igual y difícilmente superable. Si esto es así para un adulto, ni que decir que para los más pequeños, la experiencia se eleva a la enésima potencia. Su mayor curiosidad, el desconocimiento y las ganas de aprender, propicia que la inmersión se realice con todos los sentidos a tope. Esta actividad, permite crear vínculos fuertes y sanos con los hijos, permitiendo que desarrollen su confianza, experimenten cosas nuevas, hagan y descubran nuevas facetas de su persona, etc.

Fomentar el apoyo parental, permite crear y fortalecer un lazo único y duradero, gracias a una experiencia singular en el mar. Sin lugar a dudas, para los más pequeños siempre será algo que recordar y a su lado, recordaran a sus padres y hermanos. Aparte de todo esto, como nos recuerdan desde Prodive Lanzarote, en su escuela de buceo, el submarinismo proporciona una serie de beneficios tanto para los pequeños como para la familia en general, pero que siempre hay que tener presentes los consejos y recomendaciones propios de la actividad y de los profesionales. No hay que olvidar que conviene lanzarse a la aventura de forma segura y minimizando al máximo cualquier tipo de riesgo.

Aspectos a tener en cuenta

Antes de tomar la decisión de bucear en familia, hay que tener en cuenta una serie de aspectos y factores de gran relevancia. Uno de ellos, no es otro que la edad de los pequeños. A esto cabe añadir la destreza que tenga en el agua o la actividad física que realiza de forma habitual, puesto que el buceo, en función de la profundidad requiere una exigencia medianamente elevada. Resulta igualmente importante que los niños no sufran ningún tipo de patología cardiovascular o pulmonar, previamente diagnosticada o tenga síntomas asociados. Esto puede conllevar problemas importantes, por lo que es indispensable que el pequeño goce de buena salud.

En nuestro país, cada Comunidad Autónoma tiene sus propias normas que deben ser cumplidas a la hora de practicar submarinismo. Sin embargo, en el último decreto al respecto, se dice acuerda que la edad mínima para poder realizar buceo recreativo o deportivo, son los ocho años, siempre en compañía de un representante. Es necesario tener presente que cada centro de buceo cuenta a su vez, con su propia normativa y, aunque está estipulada la edad mínima como ocho años, en algunos solo aceptan mayores de diez. Razón por la que conviene consultar con el centro antes de apuntarse.

Por supuesto, que no se nos olvide que, antes de ir al mar a meterse en sus profundidades, hay que realizar el curso previo que permite desarrollar las técnicas, habilidades y metodología necesaria. Como dato curiosos, es habitual que entren ganas de respirar bajo el agua. Esto sucede porque en un momento determinado, pocos minutos después de realizar la inmersión, puede producirse esa necesidad imperiosa y desesperante de tener que respirar, pese a disponer de oxígeno, cuando lo que se necesita es liberar el dióxido de carbono. Es una situación que se produce de forma habitual puesto que es común en los novatos. Por lo que es importante que los pequeños practiquen en principio en profundidades mínimas, hasta que sean capaces de controlar este acto reflejo tan molesto.

En lo referente a la edad, existen unos límites que hay que respetar. Se trata en este caso de los límites de profundidad. Respetando los límites de profundidad establecidos en función de la edad, se evitan riesgos innecesarios. Cabe recordar que el mar es un ambiente que puede volverse hostil en cualquier momento, por lo que las siguientes medidas han sido concebidas con la finalidad de prevenir. Ser precavidos en todo momento y hacer del buceo una experiencia positiva y gratificante para los más pequeños y los más grandes, es la mejor manera de disfrutar de la inmersión. Siendo los límites establecidos los que citamos a continuación:

  • De ocho a nueve años, se permite un máximo de profundidad de seis metros.
  • De diez a once años, el límite pasa a los doce metros.
  • De doce a quince años, se amplía el límite de profundidad hasta los veintiún metros.
  • De los dieciséis hasta los dieciocho, la profundidad máxima puede alcanzar los cuarenta metros.

Algunos consejos preventivos para disfrutar de los beneficios

Llegado el momento de realizar una actividad acuática como el buceo en familia, cabe tener en cuenta algunos consejos a nivel preventivo y seguir las pautas que marque el centro. En cualquier caso, los niños estarán siempre bajo la supervisión de un adulto y bajo ningún concepto o circunstancia deberán estar solos o con otros niños, sin supervisión. Al mismo tiempo que se debe permanecer en todo momento lo más cerca del guía y siempre con el grupo de buceo.

Una vez en la inmersión, hay que mantener una respiración rítmica, lo más natural posible. De forma instintiva es normal y natural, aguantar la respiración en el mar, sin embargo, cuando se práctica buceo, esto puede conllevar riesgos físicos o psicológicos. Resulta esencial la práctica para desarrollar y empatizar con la respiración debajo del agua, de manera que se minimice cualquier tipo de situación negativa o la posibilidad de entrar en pánico por la falta de aire.

En este sentido, resulta de gran importancia, elegir una máscara de la medida adecuada, de manera que siempre esté libre de agua. Esto evita que los niños se encuentren incomodos o se distraigan dentro del mar. Llevar un ritmo de respiración tranquilo, evitará que la máscara se empañe y nuble la visión. Para lograr esto, mantener la calma de manera que poco a poco se serene la respiración.

Evitar movimientos innecesarios es otro de los aspectos a tener en cuenta. Así se ahorra aire de la botella de oxígeno. Incluso las manos se mueven solo para cambiar de dirección. Esto permite disfrutar de la actividad de la mejor manera y durante más tiempo. Así mismo, la práctica de otros deportes y actividades físicas de forma habitual, mantiene el sistema cardiovascular y pulmonar en un estado óptimo, lo que resulta fundamental tanto para los papas como para los hijos. Tener buena salud y contar con el estado físico adecuado, permite tener una mayor y mejor capacidad respiratoria y control del cuerpo, lo que deriva en un aumento de la resistencia.

Teniendo en cuenta todos estos aspectos, bucear en familia, aporta beneficios al mismo tiempo que crea un vínculo especial: los miembros de la familia comparten una actividad que no solo va a enriquecerles como familia, sino lo hará también con sus sentidos y percepciones, al mismo tiempo que puede suponer todo un reto.

Para cualquier niño, con independencia de su edad, el descubrimiento del mundo marino, va a resultar una experiencia mágica y maravillosa. Esto permite desarrollar también su musculatura y fortalecer el sistema óseo si se realiza de forma regular. Aprenderá sobre la disciplina, mejorará su madurez emocional y reforzará su autoestima al superar sus miedos, siendo capaz de ir superando retos.

En el caso de los padres, se trata de una experiencia reconfortante en la que tendrán que mostrar a sus hijos la forma de trabajar en equipo y resaltar los valores familiares, la unión, el apoyo y la confianza. Los pequeños adquieren sentido de la pertenencia, entendiendo que tienen responsabilidad sobre sus actos y sus acciones afectan al conjunto.

Para todos los miembros de la familia, bucear supone una experiencia que les enseña a respetar la naturaleza y admirarla en sus estado natural. Sin olvidar la sensación de paz que proporciona una inmersión en el mar, algo que todos van a disfrutar y recordar.

Antes de finalizar, un breve repaso por los mejores lugares para bucear dentro de la geografía española. Gracias a la posición geográfica del país, es posible disfrutar de playas de calidad y fondos marinos de excepción. Desde la costa gallega hasta las playas de la isla de Formentera, existen numerosos lugares donde bucear es toda una aventura.

En Galicia, el Parque Nacional de las Islas Atlánticas cuenta con las Islas Cíes como uno de los mejores lugares del norte de España para bucear. En Cataluña, destacan las Islas Medas y el Parc Natural Cap de Creus. Valencia cuenta con las Islas Columbretes y Murcia con el Cabo Cope. Aunque la geografía española está repleta de lugares donde bucear.

En resumen, bucear con la familia, puede resultar una experiencia única y enriquecedora que merece la pena. Siempre tomando las precauciones necesarias y contando con un equipo profesional para llevar a cabo la inmersión.

 

 

Suscríbete a nuestro boletín

Podes estar conectados con todas las noticias para ayudar a tu familia

Comparte este post con tus amigos