Ventajas e inconvenientes de las terapias online.

Terapia online

Nuestra salud emocional es un tema que nos preocupa. Sin embargo, a veces no tenemos tiempo para asistir a una terapia física impartida en la consulta de un psicólogo. En estos casos, las terapias online pueden ser una buena alternativa.

Este terapeuta online contra el estrés, cuenta cómo las terapias online permiten a la persona conocer qué es lo que les pasa y dotarle de herramientas y recursos para poder superar situaciones complicadas que se presentan en la vida. Todo eso, sin salir de su propia casa.

En realidad, una sesión terapéutica online no difiere mucho de una presencial. El psicólogo o terapeuta se entrevista personalmente con el paciente, solo que en lugar de hacerlo en la consulta, se hace por videollamada a través del ordenador, la tablet o el móvil, usando aplicaciones como WhatsApp, Skype, Zoom u otra parecida.

Una terapia a distancia comienza con una primera entrevista en la que el psicólogo investiga lo que le sucede al paciente. A partir de ahí le presentará un plan de actuación que puede incluir, por ejemplo, una sesión por semana. Si se considera apropiado, esta puede realizarse online.

Para poner en marcha una terapia online es importante que todas las sesiones se realicen el mismo día de la semana y a la misma hora. El orden y la regularidad son claves para que estos tratamientos surtan efecto.

Lo bueno de estas sesiones es que el paciente las puede seguir en cualquier lugar. Aunque no esté en su casa y se encuentre de viaje. Es fundamental que durante la sesión, el paciente se halle en un lugar tranquilo, apartado, donde no haya distracciones. En todo momento debe estar solo, no debe hacer otra persona en la habitación. No debe comprometerse la confidencialidad entre el psicólogo y el paciente.

Los problemas emocionales más frecuentes.

Los desequilibrios emocionales son fuente de infelicidad e insatisfacción. Si bien cada vez somos más dados a buscar ayuda profesional cada vez que una situación de este tipo se nos escapa de las manos, también es cierto que muchas personas se muestran reticentes a someterse a una terapia.

Los problemas emocionales son bastante habituales. Todos pasamos por algún bache a lo largo de nuestra vida. La página web del Instituto Europeo de Inteligencia Emocional considera que estos son los problemas emocionales más frecuentes:

  • Manejo de la frustración.

Fracasar en alguna meta o en algún proyecto, tanto personal como profesional, que nos hemos planteado nos suele causar malestar. Que las cosas no salgan como esperábamos no suele ser de nuestro agrado. Estamos tan absortos en nuestra realidad que en ocasiones concebimos como fracasos cosas que no lo son. En estas ocasiones es importante tomar distancia. Hacer el ejercicio de observar nuestra experiencia desde fuera.

La vida es un proceso de aprendizaje continuo. Fracasar en uno de nuestros emprendimientos personales debe servirnos para sacar conclusiones para ver lo que podemos y lo que no podemos hacer y, así, continuar con nuestras vidas.

  • No saber superar situaciones pasadas.

Hay momentos en que atravesamos una situación dañina. En ocasiones puede llegar a ser traumática. La pérdida de un ser querido, el final de una relación, la aparición de una enfermedad grave. Es normal que un principio nos sintamos bloqueados, o que nos enfademos o nos encontremos tristes. Debemos asimilar la situación. Con lo que ha pasado se crea un nuevo escenario, pero la vida sigue, no se paraliza.

El problema aparece cuando nos quedamos atrapados en el pasado. Cuando esa reacción primera se prolonga en el tiempo. Esta posición es un lastre pesado que nos impide continuar.

  • Contradicción emocional.

Cuántas veces hemos escuchado eso de que nuestro corazón nos dice que vayamos por un sitio y nuestra cabeza por otro. Que nuestra razón y nuestros deseos entran en contradicción. Pues bien, esto es real y algunas personas pasan por este problema. Saber ser valientes y tomar una posición es clave para salir del bloqueo emocional. Si nos hemos equivocado en el camino, aprender de los errores es de sabios. De la equivocación se aprende, pero de la confusión es difícil salir.

  • Negación emocional.

La negación es un mecanismo de defensa. La persona niega lo que siente para protegerse del rechazo social o de actitudes que le pueden hacer daño. Sin embargo, esto acarrea un problema, el de negar la realidad. Si no partimos de la realidad, no podemos transformarla o incidir en ella. Por tanto, terminamos siendo presos de nuestras mentiras.

  • Irrupción abrupta del ciclo emocional.

Es a lo que nos referimos cuando decimos en tono vulgar eso de “esta persona ni siente ni padece”. Cuando estamos viviendo en piloto automático y no nos dejamos afectar por lo que ocurre a nuestro alrededor o por lo que nos pasa a nosotros mismos. Vivimos en una falsa estabilidad emocional. Hemos decidido desconectar de nuestras emociones, tal vez, para no sentirnos dañados. Las cosas suceden e indirectamente con esta actitud podemos dañarnos a nosotros mismos y a otras personas de nuestro entorno.

  • Auto-represión emocional.

Sigmund Freud situaba en la auto-represión la causa de todos los trastornos mentales. La contradicción entre el ello, el yo y el superyó. Entre el consciente y el subconsciente. Entre lo que deseamos y lo que hacemos. La represión es fuente de daño emocional; sin embargo, con frecuencia, nos autorreprimimos y no somos conscientes de que lo estamos haciendo.

  • Desbordamiento emocional.

Otro problema frecuente en las personas es cuando sus sentimientos los superan. Vivimos una situación tan intensa que la alegría o tristeza que experimentamos somos incapaces de controlarlas. Es cierto que no hay que obsesionarse con controlarlo todo, pero cuando las emociones son desproporcionadas a los hechos, pueden llevarnos a una desconexión de la realidad.

Abordar estos problemas emocionales es importante. No tratarlos de forma adecuada puede conducirnos trastornos o enfermedades mentales más graves, como la ansiedad o la depresión.

Principales ventajas de las terapias online.

Desde luego, seguir un tratamiento desde nuestra casa es realmente cómodo. En ocasiones no tenemos más remedio que hacerlo. Puede ser por problemas de agenda, porque vivimos lejos de la consulta del profesional o por circunstancias de salud u otro tipo que nos impiden movernos. Además de este aspecto, estas son otras ventajas que nos ofrecen las terapias online:

  1. Acceso a especialistas: Las terapias psicológicas online permiten acceder a especialistas altamente cualificados en diferentes áreas de la psicología, incluso a aquellos que se encuentran en nuestra localidad.
  2. Flexibilidad horaria: Al eliminar la necesidad de desplazarse físicamente a una consulta, las terapias online se pueden programar a la hora que mejor les venga a los participantes. Lo cual permite integrarlas con más facilidad en el trascurso del día.
  3. Mayor discreción: Para algunas personas, la posibilidad de recibir terapia desde su hogar reduce la sensación de exposición al público. Lo que permite que puedan compartir pensamientos y sentimientos íntimos con mayor libertad.
  4. Acceso a zonas remotas: Las terapias online eliminan las barreras geográficas, lo que permite que personas que viven en zonas remotas o con poca disponibilidad de servicios de salud mental puedan acceder a tratamientos.
  5. Comodidad emocional: Para aquellos que experimentan ansiedad social o tienen dificultades para salir de casa, las terapias online ofrecen una alternativa menos estresante y más cómoda que las consultas presenciales.
  6. Uso de herramientas digitales: Algunas plataformas de terapia online ofrecen herramientas interactivas, recursos educativos y aplicaciones que complementan las sesiones, como pueden ser videos, e-book, pódcast o artículos complementarios que pueden ser de ayuda para el paciente.

Inconvenientes.

A pesar de las indudables ventajas de la terapia online, la psicóloga Macarena del Cojo comenta a la revista Cuídate + que ella no ve apropiada este tipo de terapia para determinados pacientes. Son por ejemplo aquellos que suelen tener instintos suicidas o adicciones graves, donde el contacto directo con el profesional es casi tan importante como la dinámica de la propia sesión. Tampoco lo ve eficaz para aquellas terapias que se tienen con niños o adolescentes y que suelen incluir ejercicios concretos durante la sesión.

La terapia por internet reduce el campo de información que recibe el profesional. La cámara del ordenador o del móvil apunta directamente a la cara del paciente. El psicólogo escucha lo que le dice y observa su expresión facial, pero se pierde gran parte de la comunicación no verbal. La forma de sentarse o movimientos que puede estar haciendo con el cuerpo, que pueden aportar datos valiosos para el psicólogo.

Algunas terapias implican un cambio radical en la vida del paciente. Trasladarse físicamente a la consulta manifiesta una mayor predisposición a efectuar ese cambio.

Por mucho que nos ha mejorado la vida internet, aún no puede suplir la cercanía y calidez del contacto directo entre el terapeuta y su paciente.

Desde luego todo esto hay que matizarlo en función de las condiciones concretas. Unas situaciones harán más aconsejable la terapia presencial y en otras es mejor optar por la terapia online. Toda esta información nos ayuda a dilucidar cuál es la más adecuada.

 

 

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