La sociedad está viviendo un proceso de cambio en el que afortunadamente cada vez vivimos más años. Las residencias de ancianos cada vez tienen más demanda. Las personas que habitan en este tipo de centros deben contar con atención médica de forma permanente, además de tener personas con las que pasar el tiempo de ocio y conversar, pudiendo realizar actividades con el fin de mantenerse activos, tanto en el apartado físico como en el mental.
Envejecimiento, Salud
Todos tenemos claro que no existe nada como el amor que nos puede dar un ser querido, pero en muchos casos existe una falta de tiempo de recursos por parte de las familias para poder atender como es debido las necesidades que pueden tener las personas mayores o que no haya parientes próximos que pueden hacerse cargo de las problemáticas en materia de dependencia que pueden tener los ancianos.
Por este motivo una magnífica opción es una residencia de mayores, pues esta clase de centros son los que llegan a cubrir las necesidades que tienen los colectivos, las cuales cada vez han aumentado más por el evidente descenso en nacimientos y por el aumento de la esperanza de vida que se ha producido.
La población mayor aumenta en nuestro país.
Como nos comentan desde la residencia vallisoletana de nsdrosario.es que proporcionan un servicio de ayuda a domicilio en valladolid, en España hay el doble de personas mayores de 65 años en solo tres décadas, aumentando en más de un millón en una sola década, siendo ya un grupo de edad cercano al 19% de la sociedad. Lo que hace que vivan más de 8 millones de personas mayores de 65 años en nuestro territorio nacional.
Los datos del INE dicen que para el 2050 las personas mayores de 65 años serán más del 30% de la población, llegando a ser de más de 13 millones, siendo los mayores de 80 años de unos 4 millones.
Nuestro país es el más envejecido del mundo si atendemos a las proyecciones para 2050 que apuntan desde la ONU, que creen que en ese sentido van a tener del orden del 40% de la población con más de 60 años.
Un proceso que se agrava debido a la baja natalidad que tiene nuestro país desde la mitad de la década de los ochenta, donde se ha pasado de casi tres hijos por mujer en edad fértil a 1,2.
Motivos para vivir en una residencia de mayores
Estas residencias lo que hacen es acoger, por lo normal a personas de mayores de 65, aunque lo normal es que lleguen personas que tienen más de 80 años con una serie de dependencias que hacen que sea complicado que puedan vivir de forma autónoma.
Eso sí, existen también esta clase de hogares como alternativa para las persona que tienen edad avanzada, pero que sí puedan valerse por ellos mismos, pero que, por diversos motivos, no quieren permanecer en su casa o con algún familiar o amistad. En estos casos, no se debe temer nada, pues este tipo de centros suelen ser un magnífico lugar para que vivan los ancianos, tanto si son dependientes como sino lo son.
Centro geriátrico
Algunas de las grandes ventajas de estar viviendo en este tipo de residencias son las siguientes:
Las ventajas más interesantes de vivir en una residencia de personas mayores son:
Tienen personal cualificado y atención médica de forma continuada.
Están adaptadas para poder atender todo tipo de niveles de dependencia y patologías que afectan de manera importante a las personas mayores.
Los residentes están acompañados de manera independiente y están supervisados por el personal del propio centro o tienen la compañía de otros residentes con los que es posible hablar y compartir el tiempo de ocio.
Van a poder recibir la totalidad de visitas de amigos y familiares que quieran, como si se encontrarán en su propia casa.
La estancia puede llegar a ser temporal y se puede volver al domicilio familiar cuando queramos.
Además del propio alojamiento, disponen de una gran cartera de servicios, como puede ser la manutención con seguimiento a las dietas adaptadas a las necesidades de cada persona y sus prescripciones médicas, así como atención sociológica y psicológica, vigilancia y demás cuidados en materia de salud.
De igual manera, acostumbran a contar con un programa de actividades ocupacionales y culturales que hacen que las personas que vivan allí se encuentren activas.
Igualmente, es posible que se puedan asignar tareas entre los residentes que se encuentren adaptadas a las características y capacidades que hagan que se sientan útiles. Lo que se busca es que las personas mayores dispongan de un alto grado de autonomía.