Así de primeras, quizás es necesario empezar por saber de qué estamos hablando. El término Batch Cooking literalmente significa “lote de cocina” y se trata concretamente de cocinar una tarde para poder comer, por ejemplo, los próximos 7 días sin volver a cocinar. Calentar y listo. Si con esta simple definición ya parece atractivo, vamos a ver de qué se trata.
Comer sano, rico y fácil
Sano, rico y fácil son conceptos que parece que están a años luz entre ellos, viviendo a la velocidad que vivimos últimamente.
Los beneficios de llevar una dieta equilibrada los conocemos todos. Más todavía quien tiene niños y es el responsable de que su alimentación sea la adecuada, no sólo porque todos los nutrientes necesarios estén presentes en la dieta, sino porque aprender a comer, y hacerlo adecuadamente es algo que se aprende desde pequeñitos y con el ejemplo. Todo lo que nos ayude a llevar unos hábitos saludables, bienvenido sea.
Comer es un placer, sin duda. Y existe esa leyenda urbana de que para que algo esté riquísimo hemos de pasarnos horas a diario, y varias veces, en la cocina, sino no obtendremos el resultado esperado. Todos recordamos el sabor de la cocina casera, en casa de nuestras abuelas, que cocinaban a fuego lento y con mucho amor…
Pero ahora necesitamos que sea fácil, no podemos invertir muchas horas al día en cocinar y para eso es imprescindible la planificación. Sí, no es una tarea muy llamativa sentarse a preparar los menús semanales, pero créeme, una vez lo hagas no podrás vivir sin ellos: todo son ventajas. Esta planificación te permitirá huir de las comidas de última hora y te ayudará a ahorrar, principalmente por dos motivos: sólo comprarás aquello que vayas a cocinar y consumir esa semana, por lo tanto, ahorrarás en la compra y ahorrarás porque no tirarás comida en mal estado.
Pasito a pasito
Si estás preparado para empezar con el Batch Cooking, lo primero es sentarse y hacer un menú para los próximos siete días. No es mala idea hacer un menú cada semana durante un mes, y por lo menos, usarlo repetidas veces durante la misma estación. No nos apetecerá comer lo mismo en verano que en invierno, y así podremos degustar variedad de recetas durante el año. De la misma manera, puede resultar tedioso hacer un menú cada semana durante un año, de ahí que aprovecharlos también sea muy útil para no dejarlo.
Es importante, además, tener en cuenta el método de conservación que vamos a usar. A la hora de guardar lo cocinado debe estar en tarros bien cerrados, preferiblemente en tarros de cristal. De la misma manera, hay que tener en cuenta que todos los alimentos no aguantan lo mismo en la nevera: las vinagretas, ensaladas sin aliñar y las cremas de verduras pueden aguantar perfectamente toda la semana. Otros platos podemos congelarlos y descongelarlos el día antes de usarlos. Otra cosa a tener en cuenta, es poder repetir legumbres o cereales en varios platos, para así cocinar en grandes cantidades y poder utilizarlo según convenga.
En nuestros menús incluiremos verduras y hortalizas en todas las comidas, grasas saludables (AVOE, aguacate, frutos secos…), proteínas y por supuesto legumbres, que no deben faltar a lo largo de la semana. En el caso de la verduras, podemos facilitarnos aún más la vida, usando las verduras en conserva, ya que mantienen todas sus propiedades intactas y, además como explican en Hida, conservan todos sus beneficios.
Este tipo de organización no contempla los desayunos y las meriendas, por lo que tendremos que tener en cuenta lo que queremos tomar en estas dos ingestas al hacer la lista de la compra. Leche, yogur, cereales, frutos secos, queso fresco, chocolate del 70%, sin olvidar que es un buen momento para incluir las frutas, que no necesitan preparación y también son imprescindibles.
Hay que tener la nevera limpia y preparada para el día en que nos vamos a poner manos a la obra, así como haber puesto en remojo las legumbres que vayamos a usar en nuestras elaboraciones, ya que este tipo de alimentos lo requieren habitualmente.
Llegó el día
Cuando se adquiere cierta práctica es como todo, puedes adaptar el proceso a como mejor te desenvuelvas, pero estas indicaciones te servirán para familiarizarte con esta técnica. Hay quien prepara el menú para días concretos y quien lo que hace es tener todos los alimentos preparados y apuntados en una lista y va sacando y tachando, a lo largo de la semana, dependiendo de lo que le apetezca comer cada día. Así hasta acabar con todo. Siéntete libre y adáptalo de la forma que mejor funcione en tu familia.
Algunos trucos a tener en cuenta: todo lo que pueda congelarse y descongelarse, y quedar igual de bien, es mejor comerlo a finales de semana, y el resto al principio: verduras al vapor o salteadas y patatas asadas… Hay que ser concienzudo con la descongelación de carnes y pescados, que deben hacerse el día anterior, dentro del frigorífico.
¡Acción!
Primero lava, pela y corta todas las verduras. Mientras haces esto puedes poner una olla con agua a calentar para preparar caldo. Este caldo, que se hace con carcasas de pollo o de pescado y con verduras, será muy socorrido, podrás usarlo para darle consistencias a otros guisos, para cremas, o simplemente tomar consomé como un primer plato.
Con las verduras preparadas, divídelas según el uso que quieras darles y pon las que consideres en la olla con el caldo para los purés, y las que quieras consumir asadas, para las guarniciones, en el horno. En este punto las preparaciones dependerán mucho de los aparatos de cocina que tengas. Si tienes posibilidad de cocinar al vapor, también es una forma de hacerlo. Dejar listas las ensaladas también es una buena opción, ya que, si las dejas sin aliñar, se mantienen muy bien.
Los comodines son las salsas de tomate, curry y vinagretas que puedas dejar preparadas para usar con cualquier combinación de las que has pensado comer.
Los huevos pueden dejarse cocidos en la nevera y para revueltos o tortillas mejor incorporarlos en el momento. Realmente no te llevará mucho tiempo, porque casi, casi usas el mismo tiempo en cuajarlos que en calentar las verduras que vas a consumir.
Las pastas, berenjenas rellenas, las coliflores con bechamel, se pueden dejar listas, incluso gratinadas y sólo darles un golpe de calor para servir. Si quieres en ese mismo momento, puedes añadir queso para que se funda con el calor y esté todavía más apetecible.
Las carnes y pescados se conservan mejor en guisos. Si te apetece comer algo a la plancha es mejor descongelar la pieza el día anterior y hacerlo al instante, ¡pero a penas te costará trabajo!
Todo son ventajas
Como ves, es una forma fácil de tenerlo casi todo listo. Hay que cogerle cierto rodaje al proceso, pero piensa que después de las primeras veces, sólo puede mejorar. Además del ahorro de energía que supone no tener que encender el horno a diario, se trata de una forma más sostenible de consumir, ya que buscaremos los productos de temporada, que son los que mejor se van a mantener y además los más económicos. Es una gran opción para las personas que comen fuera, ya que puedes congelar todo en tuppers y tenerlos listos cada día al salir al trabajo, el centro de estudios…Ensuciarás mucho el día que dediques a cocinar, y luego sólo invertirás un poco de tiempo en el mantenimiento de la cocina. Y principalmente, como ya hemos dicho, comerás sano, rico y fácil. ¿Ves cómo era posible?