La infancia es un periodo clave a la hora de construir nuestra identidad y las creencias que marcarán aquello que manifestaremos de adultos.
Son muchos los casos de traumas adquiridos en la infancia que al ser reprimidos condicionan nuestras vidas y que, únicamente al aceptar esas emociones reprimidas y soltarlas podemos realmente liberarnos.
No cabe duda que el punto de partida no es otro que el “conocerse a uno mismo”, algo que si bien parece muy sencillo es un proceso con el que debemos de comprometernos de por vida.
Y esta es la tesis de la que parte la doctora Shefali Tsabary en su libro “Padres Conscientes” en el que hace relación a la importancia de tomar consciencia de nosotros mismos como única forma de ayudar a nuestros hijos a convertirse también en adultos conscientes.
Esta Doctora en Psicología nacida en la India estuvo expuesta a la filosofía oriental y estudió en los Estados Unidos en el Institute of Integrated Sciences, además de contar con un doctorado en Psicología Clínica de la Universidad de Columbia en Nueva York.
Los tiempos cambian y Tsabary argumenta la importancia de un cambio radical en la forma de crianza que se aleje de la idea tradicional con la que han crecido las generaciones que empiezan a ser padres.
Desde esa perspectiva más tradicional se ve a los padres como la “autoridad” quienes “lo saben todo”, por su lado esta doctora en psicología argumenta la importancia de equilibrar la balanza y recordar que se trata de una interacción mutua en la que ambas partes están continuamente aprendiendo una de la otra.
Este enfoque innovador de la paternidad argumenta lo importante que es realizar una profunda búsqueda interior, y la transformación que sus hijos provocan en sus padres. Y es que los hijos se convierten en seres individuales con un legado psicológico y espiritual propio facilitando así también la transformación de sus padres.
Autonocimiento y Quietud para una Paternidad Consciente
En el enfoque de Tsabary estamos hablando de un “efecto espejo”, de modo que los hijos reflejan el “yo olvidado” de sus padres. Al recuperar así su autenticidad y esencia , los pares entran en comunión con sus hijos.
Ambos descubren la capacidad de relacionarse desde un estado de presencia y sin tener que proyectarse unos en otros o exigir ciertas cosas debido a las propias carencias o bloqueos subconscientes.
En este sentido solo al ser conscientes de nosotros mismos podemos realmente dejar de proyectar en nuestros hijos lo que nos gustaría que fueran y abrazar lo que son.
Existen diferentes técnicas de autoconocimiento como es el mindfullness y conjugando elementos de la filosofía oriental con la mejor psicología de occidente.
La hipnosis como se describe en el libro de Ediciones Aljibe “La Hipnosis: Mitos y Realidades” aborda precisamente los tópicos asociados a esta técnica ahondando en las ventajas de la terapia mediante hipnosis y cómo y cuándo debe usarse en el ámbito clínico así como las características de este trabajo en equipo entre terapeuta y paciente.
No cabe duda de que el trabajo de la doctora Tsabary es una apuesta revolucionaria para recordarnos lo importante que es liberarnos de nuestros propios prejuicios, miedos, expectativas, ego y deseos de control que impactan negativamente en el desarrollo de los niños a nuestro cargo.
Por ello, el trabajo de un padre consciente es el de embarcarse en todo un viaje de autoconocimiento donde no es a los niños a quienes hay que educar o disciplinar, sino a nosotros mismos para así conseguir una auténtica conexión con nuestros hijos.
Entre muchos de los puntos que analiza Tsabary se encuentran el origen y esencia de la Educación de ayer y hoy, la definición de un padre y maestro consciente, así como las agendas, los miedos, expectativas, patrones del pasado, la cultura, la perfección y el ego y cómo estos afectan a la relación padre-hijo y maestro-alumno.
Un trabajo para reconocer los mitos en la familia para reconocerlos y transformarse buscando la verdadera conexión con el niño.
La doctora recuerda la importancia de la quietud, de la toma de conciencia de nuestras emociones, miedos y bloqueos y de que solo en esa consciencia podremos respetar el espacio de nuestros hijos y aceptarlos por lo que son sin querer cambiarlos.