Alguna vez te has preguntando qué diferencia existe entre psicología y psiquiatría. La verdad es que es un tema curioso porque muchas veces se confunden los dos términos. En ocasiones decimos que tenemos que acudir a un psicólogo cuando realmente lo que necesitamos es ir al siquiatra. Son dos términos que se confunden pero que tenemos que tener claros, porque la verdad es que en ocasiones nos hace confundirnos. De esta manera vamos a diferenciar los dos aspectos. Un psicólogo estudia las emociones y sentimientos para ayudar a afrontar situaciones de estrés, cansancio, tristeza y otros factores que pueden afectar a la salud.
Psiquiatría
La psiquiatría es una rama de la medicina que se encarga del estudio, diagnóstico y tratamiento de la salud mental y de los trastornos mentales, del comportamiento o de las adicciones, nos indican desde la Clínica Nea, donde entienden la psiquiatría desde un lugar humano, por lo que la figura del psiquiatra no sólo se apoya en un tratamiento farmacológico sino también de psicoterapia. Además, como equipo, siempre están coordinados entre los profesionales de las distintas áreas para poder brindar un tratamiento especializado para cada caso y cada persona.
Psicología
Es uno de los pilares, la formación ecléctica, pues creen que cada persona es única y por eso las psicólogas y psicólogos deben ser capaces de adaptar cada proceso a cada paciente, y no pretender adaptar al paciente a nuestra técnica o corriente. “Además, encanta lo que hacemos, y por eso estamos en constante formación, renovándonos y buscando nuevas formas de acompañarte”, nconforme nos comentan desde NEA.
Si eres una persona con ansiedad, con malestar emocional, o relacional, o sencillamente quieres conocerte más para conseguir llevar una vida más plena, no dudes en ponerte en contacto con este tipo de profesionales.
Ahora bien, no podemos olvidar otra disciplina como es la neurología. La Neurología es la especialidad médica dedicada al estudio, diagnóstico y tratamiento de las enfermedades en las que están implicadas las estructuras del sistema nervioso central (cerebro y medula espinal), sistema nervioso periférico (raíces, plexos y nervios) y músculos.
Las enfermedades que se incluyen dentro de esta especialidad son: Dolores de cabeza (jaqueca o migraña y cefalea de tensional son los más comunes).
Pérdida de memoria y demencias (enfermedad de Alzheimer, demencia vascular, demencia frontotemporal, etcétera).
Enfermedad de Parkinson, temblores y otros trastornos del movimiento, como los tics por ejemplo.
Enfermedades de la columna vertebral (dolor de espalda, ciática, etcétera) y de la medula espinal.
Enfermedades de los nervios periféricos, como el Síndrome de Túnel de Carpo, por ejemplo.
Epilepsia.
Para el diagnóstico de las enfermedades neurológicas, lo primero es hacer una buena historia clínica, seguida de la exploración del paciente. Cuando esto no es suficiente, se recurre a una amplia variedad de pruebas complementarias (evaluaciones neuropsicológicas, de laboratorio, radiológicas como la TAC y Resonancia Magnética, electroencefalogramas, electromiogramas, potenciales evocados, Medicina Nuclear, Medicina Molecular y Genética, etcétera).
En este caso, los neurólogos administran tratamientos farmacológicos, apoyándose para tratar algunas de las enfermedades también en la rehabilitación y en la neurocirugía.
Neuropsicología
Por último, la Neuropsicología es una disciplina que estudia las funciones cognitivas y los procesos emocionales y conductuales en relación con las estructuras cerebrales. Las funciones cognitivas son funciones cerebrales superiores como atención, memoria, lenguaje, capacidades visoespaciales, funciones ejecutivas…
Consiste en una entrevista inicial con el paciente y su acompañante y la aplicación posterior de pruebas estandarizadas al paciente. Posteriormente, el paciente recibe un informe detallado con los resultados y las conclusiones obtenidas. Los objetivos principales son:
- Conocer el estado del funcionamiento cognitivo, conductual, emocional y funcional.
- Contribuir al diagnóstico de patologías neurológicas que cursan con síntomas cognitivos y/o conductuales.
- Identificar la presencia y la naturaleza del deterioro cognitivo en etapas muy tempranas.
- Realizar un diagnóstico diferencial, p.ej. trastorno emocional vs. patología cerebral.
- Valorar los efectos de una cirugía como en casos de epilepsia, hidrocefalia y tumores.
- Valorar los efectos de la toxicidad de ciertos tratamientos farmacológicos.
- Elaborar informes periciales en caso de incapacidad, accidente o deterioro.
- Elaborar programas de rehabilitación neuropsicológica.
El fundamento científico que justifica la rehabilitación cognitiva se basa en fenómenos biológicos bien conocidos como la neuroplasticidad que consiste en la capacidad del cerebro para recuperarse, reestructurarse y adaptarse a situaciones nuevas. Se ha demostrado la capacidad de las neuronas para establecer conexiones y generar neuronas nuevas a lo largo de toda la vida.
Ya has visto que hay diferentes formas de tratar los problemas de la cabeza, lo único, que se tenga en cuenta y se quiera dar la cara.