¿En qué consiste la cirugía oral?

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La boca puede ser una fuente de infección, que cuando aparecen nos genera dolores insoportables. Para erradicar el foco de la infección, y también como paso decisivo en ciertos tratamientos dentales, se recurre a la cirugía. En este caso, a la cirugía oral.

La cirugía oral es una especialidad de la odontología que se encarga del diagnóstico, intervención quirúrgica y rehabilitación de determinados problemas funcionales de la boca.

El doctor Jaime Clavero, que dirige la Clínica Dental Clavero, en Valladolid, nos comenta que la cirugía oral incluye desde la extracción de las muelas del juicio hasta la colocación de injertos óseos o la extracción de dientes no emergidos.

Los tratamientos realizados por los cirujanos orales pueden resolver desde problemas simples como la extracción de un diente dañado, hasta intervenciones más complejas como la reconstrucción facial después de una lesión o enfermedad.

La importancia de la cirugía oral en la salud es significativa. La salud oral es fundamental para el bienestar del cuerpo. Los dientes y las encías son una parte importante del proceso de digestión. Además, la boca es una de las principales vías de entrada de bacterias y virus, por lo que cualquier infección oral puede tener consecuencias graves para la salud del cuerpo.

La cirugía oral tiene un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes. Los tratamientos pueden corregir problemas estéticos como la sonrisa desigual o la mandíbula desalineada, lo que puede mejorar la autoestima y la confianza en uno mismo. Asimismo, puede corregir problemas funcionales como la mordida incorrecta, lo que puede reducir el dolor y mejorar la capacidad de comer y hablar.

Dentro de la amplia gama de intervenciones que efectúa un cirujano oral. Estas son algunas de las más realizadas:

Extracción de las muelas del juicio.

En ocasiones, la irrupción de la muela del juicio es un foco de infección en la boca, lo cual requiere su extracción inmediata. La web médica Top Doctors indica que se debe a que no dispone de suficiente espacio para salir y colocarse en el extremo de la arcada dentaria.

Se le llama muela del juicio porque suele aparecer entre los 18 y los 25 años. Cuando la persona ya ha adquirido cordura. Su mente y su cuerpo están formados. Sin embargo, esta pieza dental no es para nada juiciosa, se trata de una muela prescindible. Cuando aparece, la dentadura del adulto ya dispone de las piezas permanentes necesarias para el masticado de acuerdo con el tipo de comidas que consumimos los humanos.

Puede que la muela del juicio nunca emerja o que lo haga sin problemas, pero es frecuente que dé lugar a infecciones, genere quistes a su alrededor o que desplace al resto de la dentadura, apiñando los dientes.

Las infecciones en la encía se producen porque para salir, las muelas del juicio han de romper los tejidos blandos. No sustituyen una pieza dental ya existente. Esa herida puede infectarse por la placa bacteriana existente en la boca, la misma que provoca la caries. En este caso, ataca directamente a la encía.

Los quistes se producen a consecuencia de la infección y atacan las terminaciones nerviosas del extremo de la boca, generando un dolor intenso. En el peor de los casos, da lugar a la aparición de los temidos flemones.

Cuando no tienen espacio suficiente, para poder salir, las muelas del juicio empujan al resto de la dentadura hacia delante. Ocasionando un apiñamiento dental. Otras veces, crecen en el interior de la encía sin llegar a erupcionar o sacando solamente una parte. En este caso, la estructura dental del paciente puede debilitarse y sufrir daños en las muelas adyacentes o en la mandíbula.

Hoy en día, la extracción de las muelas del juicio es rápida e indolora. Realizada bajo los efectos de la anestesia local.

Injerto óseo.

El injerto óseo dental es un procedimiento quirúrgico que se realiza para tratar problemas de pérdida de hueso en la mandíbula o en la boca. Este tipo de cirugía se utiliza para reemplazar el hueso perdido y crear una base sólida para colocar los implantes dentales.

El injerto óseo es un tratamiento habitual en personas que han perdido dientes o que tienen enfermedades de las encías que han afectado al hueso de la mandíbula. La pérdida de hueso en la mandíbula puede causar una serie de problemas dentales, incluyendo la movilidad de los dientes, la caída de los mismos y problemas con la masticación y la pronunciación.

La realización del injerto óseo se lleva a cabo mediante la colocación de hueso en la zona donde se ha producido la pérdida de hueso. El hueso puede provenir del propio paciente o de un material sintético. Antes del procedimiento, se administra anestesia local para asegurar que el paciente esté cómodo durante la intervención.

Una vez que se ha aplicado la anestesia, el cirujano oral creará un pequeño corte en la encía y colocará el hueso en el área que necesita ser tratada. Una vez que se ha colocado el injerto, se cubrirá con una membrana especial para protegerlo y se suturará la encía.

Después de la cirugía, el paciente debe seguir las recomendaciones del cirujano oral para garantizar una recuperación óptima. Esto puede incluir la administración de medicamentos para el dolor, evitar la ingesta de alimentos duros y la realización de enjuagues bucales específicos.

Problemas periodontales.

Otro de los tratamientos en los que es necesaria la intervención de un cirujano oral es en la cura de la periodontitis. La periodontitis es una enfermedad de las encías que surge como una evolución de la gingivitis.

Normalmente, por falta de una higiene bucal adecuada, la placa dental va introduciéndose dentro de las encías, formando bolsas de placa entre la encía y la raíz del diente. La acción de las bacterias va deteriorando las diferentes estructuras bucales. Generan inflamación en la encía, corroen la base del diente y van erosionando la estructura ósea sobre las que se sujeta.

Pasa salvar la pieza dental y eliminar las bolsas de placa, el cirujano deberá abrir la encía y limpiar la zona afectada. El blog de la página web de Colgate indica que la cirugía gingival puede ser de tres tipos:

  1. Colgajo gingival. Las bolsas de placa tienen una profundidad inferior a 5 milímetros. Esto se aprecia porque ha habido un retraimiento de las encías presentándose contraídas sobre su línea natural. El cirujano corta el tejido gingival para separarlo del diente, limpia la zona con un aparato de ultrasonido y manualmente, y remueve el sarro, la placa bacteriana y la película que hay debajo de las bolsas.
  2. Gingivectomía. En este caso, la encía que recubre al diente afectado ha aumentado de tamaño, se aprecia más gruesa que en otras partes de la boca. Se debe a que debajo de ella se han formado bolsas de placa bacteriana de una profundidad considerable. El cirujano necesitará cortar, sanear la zona afectada y eliminar el tejido sobrante. Antes de proceder el facultativo deberá anestesiar la encía.
  3. Gingivoplastia. Es una cirugía estética y restauradora con la que se remodela la forma de las encías dañadas. Por efecto de la acción de la periodontitis, las encías han quedado retraídas y se ha abierto una pequeña apertura entre el tejido gingival y la superficie del diente. Aparte del efecto estético que produce, no cerrar adecuadamente la zona crea las condiciones para que con el tiempo vuelva a reproducirse la enfermedad.

Otros tratamientos.

Además de estas intervenciones, el cirujano oral puede realizar extracciones de dientes no emergidos y fenestración ortodóncica.

  • Dientes no emergidos.

Los dientes no emergidos son aquellos que se han formado dentro de la encía y por el motivo que sea no han conseguido salir a la superficie o lo han hecho parcialmente. Su efecto es pernicioso para la boca en su conjunto. Empujan la estructura ósea maxilofacial para abajo y pueden dañar la mandíbula. Por otro lado, desplazan el conjunto de los dientes, generando apiñamiento.

Suele darse sobre todo en las muelas del juicio y en los caninos, los colmillos, las últimas piezas en salir. Quedan retenidos porque dentro de la dentadura definitiva, ya formada, no tienen espacio en el que encajar

Su extracción se realiza bajo anestesia local y se sigue un procedimiento u otro, dependiendo de la pieza dental de la que se trate y del estado de la dentadura.

  • Fenestración ortodóncica.

No siempre es necesario extraer las piezas dentales no emergidas. En ocasiones, lo que hay que hacer es reconducirlos para que salgan por donde les corresponde. Es necesario hacer un análisis concreto en cada caso.

Esta cirugía es un paso necesario para aplicar determinados tratamientos de ortodoncia, que persiguen la alineación y recolocación de los dientes.

Para realizar la fenestración ortodoncia, el cirujano debe abrir una ventana en la encía,»fenestra», y recolocar el diente en la posición correcta. Al liberar estas piezas se favorece que el tratamiento ortodóncico posterior funcione y que la dentadura consiga una estabilidad funcional y estética a largo plazo.

La cirugía oral es una especialidad odontológica necesaria para atender la salud general de nuestra boca. No hay que tenerle miedo, son operaciones sencillas realizadas mediante sedación consciente.

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