En España 800.000 niños padecen dislexia

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Steve Jobs, Steven Spielberg, Richard Branson, Tom Cruise, Mozart, Erin Brockovich y Agatha Christie, todos estos personajes tienen en común la dislexia.

Algunos de los indicadores de alerta de un niño con dislexia es cuando tiene dificultades para aprender el abecedario, su lectura es muy lenta, escribe con muchas faltas de ortografía con respecto a los compañeros de clase, existen problemas de compresión, de memoria a corto plazo, de acceso al léxico, de confusión entre la derecha y la izquierda, de dificultades en las nociones espacio-temporales…

«Los síntomas tienden a manifestarse en los primeros años de la educación primaria y, en algunos casos, la dislexia puede estar asociada con otros trastornos como el déficit de atención e hiperactividad o el trastorno disocial», informan los profesionales de Top Doctors.

La dislexia es un trastorno de la lectura y la escritura, que repercute en el lenguaje y el aprendizaje. En España 800.000 niños, sufren este trastorno del aprendizaje.

No se cura, pero es muy importante un diagnóstico temprano y una intervención adecuada. Este trastorno tiene un origen neurobiológico y afecta zonas del cerebro que procesan el lenguaje.

Los expertos explican que entre el 30 y 50 por ciento de los casos tienen antecedentes familiares. La dificultad a la hora de leer y escribir se traduce en problemas de aprendizaje, y esto puede afectar a la autoestima del niño.

«Hay que evitar a toda costa pensar que ese niño no hace las cosas porque no quiere. No hay que sumar problemas al problema base porque eso al final impacta emocionalmente al menor», explica Beatriz Gavilán, neuropsicóloga y profesora colaboradora de los estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).

Los niños con dislexia no tienen un cociente intelectual más bajo que la media, además con intervenciones adecuadas pueden seguir cursando sus estudios.

Varios estudios han comprobado que el cerebro de un niño con dislexia las zonas involucradas en la lectura se activan menos, como la llamada área visual de las palabras o corteza ventral occipitotemporal.

Luz Rello es licenciada en lingüística por la Universidad Complutense de Madrid y padece dislexia. Ella explica como es su día a día: «Hoy en día hay muchas herramientas que hacen la vida más fácil a las personas con dislexia y apoyándome en esas herramientas no me genera mucho problema. Me refiero a los correctores ortográficos, los lectores de texto y las herramientas de dictado automático».

Las personas con este trastorno consiguen grandes metas, como la navegante australiana Jessica Watson que se convirtió en la persona más joven en completar una circunnavegación en solitario. La película de Netflix ‘Espíritu libre’ muestra cómo la joven tuvo que enfrentarse a su trastorno para lograr esa meta.

Aprender un segundo idioma puede ayudar a los niños disléxicos, ya que una estudiante argentina que presentaba dificultades para leer y escribir en su español natal, sin embargo, no mostraba ningún problema cuando estudiaba inglés.

Algo parecido le ocurrió a un niño inglés criado en Japón, el pequeño no presentaba ningún indicio de dislexia con la segunda lengua. En el japonés, cada símbolo no representa un signo, por lo que tienen que memorizarlo y no relacionarlo con los sonidos.

«No hay ninguna regla que podamos seguir para obtener la pronunciación, así que los niños tienen que memorizarla. Creo que esta es una gran diferencia», dice la neuróloga especializada en idiomas chinos Wai Ting Siok.

Además, para aprender el chino o el japonés se usa una parte del cerebro distinta a la que utilizamos al estudiar inglés o español. «La región del cerebro que procesa la lectura en chino también es una región en la que se encuentran los recursos cognitivos. Es la zona frontal del cerebro que no solo es importante para leer chino, sino también para las tareas de la memoria», añade la neuróloga.

La importancia del profesor de Pedagogía Terapéutica

La figura del maestro de Pedagogía Terapéutica es fundamental porque trabaja con alumnos que poseen necesidades educativas especiales, como los que tienen dislexia o trastornos del espectro autista.

Laura García, preparador de oposiciones de pedagogía terapéutica, explica que para poder trabajar como maestro en esta especialidad, deberás aprobar la oposición.

En la mayoría de los casos, este profesional intenta ofrecer una respuesta personalizada a cada estudiante. El carácter de este maestro debe ser sociable y empático con los estudiantes que sufren alguna dificultad.

Los maestros de Pedagogía Terapéutica pueden trabajar en el primer o segundo ciclo de Educación Infantil y en la etapa de Primaria. También pueden ejercer la profesión en centros de educación especial y en aulas hospitalarias.

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