El cuidado a domicilio gana la partida a las residencias

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La pandemia del coronavirus ha provocado un cambio total en los hábitos de vida. Hace tiempo nadie nos podría decir que iríamos por la calle en mascarillas, que no se celebrarían partidos de fútbol con espectadores o que estaríamos metidos en casa durante tres meses sin poder salir. Algo insólito. Pero es la famosa nueva normalidad, que lo que ha traído son muchos cambios en nuestras vidas.

Uno de los mayores problemas se ha dado en las residencias de ancianos. Los datos no mienten. Las comunidades autónomas hacen públicas las cifras de fallecimientos en las residencias de ancianos como consecuencia del coronavirus y los datos revelan la incidencia del virus y sus dificultades para gestionar esta crisis. Según los datos aportados recientemente por las comunidades autónomas, más de 20.000 ancianos habrían fallecido en sus residencias como consecuencia del Covid-19, esto indica que el 67% de las muertes de personas con coronavirus se han producido en personas mayores que vivían en residencias.

Buscar soluciones

Estos datos son muy duros. Esto ha provocado que muchas familias hayan pasado de confiar en las residencias de ancianos a verlas cómo un lugar peligroso. Años y años de trabajos tirados por la borda. Como suele pasar en estos casos, son muchos los justos que pagan por pecadores. Sin embargo, siempre hay que buscar posibles soluciones. Y una de ellas es que estos ancianos puedan seguir con su vida normal pero en casa, y esto se hace gracias a las empresas de cuidados a domicilio.

Los expertos y empresas que se dedican al cuidado de personas mayores en Barcelona realizan diversas labores a lo largo del día para ayudarles en su rutina diaria. Puede haber dos tipos de contrataciones de cuidadora de ancianos, como nos indican desde Servicio Doméstico Sant Pau. Las personas que estén internas y convivan con la familia en todo momento y aquellas que trabajan por horas y solamente acuden en momentos puntuales al domicilio como por las mañanas y por la noche cuando se acuestan. La organización es muy importante en este tipo de empleos, ya que las personas mayores tienen una rutina que deben seguir.

El día a día

Ahora mismo es vital conocer cómo es el día a día de una persona mayor. Por eso, todo comienza por las mañanas al despertar con la higiene diaria. Estamos hablando de que son personas con movilidad reducida que necesitan ayuda, pero a la vez quieren sentirse autónomos e independientes. Es decir, imaginemos que quieren ir al baño en su casa a primera hora. Si este está adaptado para ellos, podrán ir prácticamente solos y la ayuda que necesiten será menor. La función de los cuidadores de ancianos es estar alerta en todo momento. Las personas mayores son como niños, pero necesitan más cuidados, ya que tropiezan con facilidad dada su escasa movilidad.

Todo ello con las máximas medidas de seguridad y de higiene. Eso ha exigido un cuidado extremo de la salud de las cuidadoras, anticipándose incluso a las medidas de protección que se han ido implantando a lo largo de los últimos meses, desde los controles de temperatura hasta los confinamientos voluntarios con los mayores. “Hay que contar con un equipo especializado de profesionales que trabaja también para ofrecer un trato cercano, humano y atento a toda la familia, adaptándose a cada caso en concreto y a las necesidades particulares de cada persona”, explican desde la empresa.

Limitaciones

El confinamiento extremo de los ancianos en sus hogares, la crítica situación en muchas residencias, las limitaciones en los centros de día y los problemas de desplazamiento, disponibilidad y acceso de las familias han llevado a muchas de estas a recurrir al servicio de personas externas. Y esto es así. Se han vivido imágenes muy duras de las residencias, lamentablemente, su imagen no ha quedado nada bien. Por eso, son muchos los que apuestan por este servicio, que está muy demandado en la actualidad después de los últimos acontecimientos complicados que hemos vivido en los últimos meses.

Está demostrado que la idea que tienen los ancianos que vivieron en confinamiento en sus hogares con la asistencia de un cuidador a domicilio dista mucho de la realidad poco alentadora de muchas residencias. Catalogada desde la declaración del estado de alarma como una actividad esencial, los profesionales han seguido desplazándose con normalidad a los domicilios de las personas a su cuidado, velando por el bienestar y la estabilidad de los mayores. Entre todos lo podemos conseguir.

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